El director general de Confebask, Eduardo Arechaga, pidió ayer distinguir entre subidas de sueldos cercanas al IPC o una consolidación de subidas del IPC. “No nos podemos permitir consolidar estos niveles de inflación en las cuentas de resultados de las empresas”, afirmó en una entrevista en Onda Vasca.
“Otra cosa es el incremento salarial razonable y ligar la mejora del poder adquisitivo a la mejora de la empresa y la productividad o incrementos en el tiempo pero no consolidarlo”, matizó. “No con cláusulas consolidables. No podemos salir de la crisis con incrementos salariales del 25%”, afirmó.
Ante la postura que defiende un incremento salarial en torno al IPC, defendió la hoja de ruta seguida por la patronal. “Creo que aquí lo estamos haciendo con responsabilidad y baja confrontación en las empresas. Es la receta que vamos a aplicar, la negociación colectiva”, zanjó.
El director general de Confebask también lamentó que 2022 se convertirá en un año de “aspiraciones truncadas” porque se preveía que iba a ser el ejercicio de la recuperación económica y el despegue del crecimiento, cuando la guerra de Rusia en Ucrania ha frenado en seco esta evolución.
“El latido del corazón económico ha pasado de latir a ritmos del 1% en el primer semestre, lo que a 12 meses era un 4% anual, al caer en el tercer trimestre al 0,2%, que desde una perspectiva de año nos indica que la velocidad económica ha bajado al 0,8%”, explicó el responsable de Confebask.
En consonancia con las previsiones que proceden de todas las instituciones económicas, Arechaga advierte una “profunda desaceleración” que coincide con el paralelismo expuesto anteriormente lo que provoca que la recuperación económica “se haya truncado”.
En este sentido, predijo que los próximos trimestres registrarán crecimientos muy débiles en la CAV e incluso negativos. Si bien los resultados del último trimestre del presente año no impedirán que Euskadi cierre 2022 con “un crecimiento todavía positivo”, el director general de Confebask alertó sobre el próximo 2023.
Así, consideró que el primer trimestre del próximo año será negativo, y dependerá de “si tenemos capacidad de resistencia y lo afrontamos con un crecimiento débil, sin graves recesiones o destrucción de crecimiento económico” que el resultado a finales de 2023 sea de un avance “muy débil”.