Bizkaia

“No puedo poner más la calefacción; compraré una estufa de butano este año”

Las familias en situación de pobreza energética, como la de Anahí Hasenteufel aumentan un 55% en Bizkaia en un año
La de Anahí Hasenteufel es una de las 849 familias en situación de pobreza energética que atiene actualmente Cruz Roja.

Anahí Hasenteufel se llevó uno de los mayores sustos de su vida cuando el recibo de la luz le ascendió, el invierno pasado, a más de 360 euros. Separada, en paro y con dos hijos a su cargo, desde entonces se ha despedido de enchufar las calefacciones eléctricas de su casa; en su lugar, este año se va a hacer con un estufa de butano y les ha comprado a sus hijos pijamas más cálidos. “Todo está carísimo; tienes que hacer malabares para llegar a fin de mes”, afirma.

Anahí pone voz, y rostros, a las miles de familias que hoy en día sufren pobreza energética en Bizkaia, personas que no pueden afrontar el pago del recibo de la luz, o el gas, y tienen que renunciar a caldear su casa en invierno o encender lo menos posible las bombillas. Solo desde Cruz Roja, el número de familias vizcainas a las que han ayudado este año a pagar los suministros ha aumentado un 55,8%: entre enero y septiembre han atendido ya a 849 familias, muy por encima de las 727 de todo 2021. “Y se prevé que esa curva ascendente siga en aumento, ya que se espera que se mantengan las causas que provocan el aumento de precios: el desajuste entre la oferta y la demanda tras la reactivación de los mercados después de los cierres de la pandemia, las disrupciones en las cadenas de suministros, los fenómenos meteorológicos extremos, el conflicto entre Rusia y Ucrania...”, advierte el presidente de la organización en Bizkaia, Víctor Gutiérrez. “Es precisamente ahora cuando van a llegar los meses más fríos del año, los más duros para estas familias”.

Todo está carísimo; tienes que hacer muchos malabares para llegar a fin de mes

Anahí Hasenteufel - Perceptora de ayudas de Cruz Roja

Precisamente por ello, Cruz Roja va a destinar toda la recaudación del tradicional Día de la Banderita que ha celebrado este martes a ayudar a las personas que se están viendo más afectadas por esta crisis, de forma que puedan pagar bienes y servicios básicos, como vivienda, gas, electricidad, alimentos y transporte, que ya acumulan una inflación que supera el 10% como consecuencia de la pandemia, el cambio climático y la invasión de Ucrania, ha hecho que cada vez más familias atraviesen grandes dificultades para pagar necesidades básicas como vivienda, gas, electricidad, alimentos y transporte.

Anahí comenzó a recibir la ayuda para hacer frente a los recibos de suministros hace un año; de luz, en su caso, ya que su casa carece de gas natural. Ella ya era receptora de las ayudas para alimentos de Cruz Roja y fue en una charla con su coordinador cuando le comentaron la posibilidad de ser beneficiaria también de esta línea. “No sé cómo voy a pagar las facturas, el alquiler...”, le dijo. Comprobaron que su perfil encajaba con los requisitos para solicitarlas y aceptaron su solicitud. Las ayudas pueden alcanzar hasta los 500 euros al año; los beneficiados abonan primero sus recibos y después justifican con ellos el gasto, que les es reingresado.

La situación de pobreza energética ha crecido y se prevé que todavía siga en aumento

Víctor Gutiérrez - Presidente de Cruz Roja Bizkaia

Anahí está separada, se encuentra actualmente paro, tiene dos hijos a su cargo -de 17 y 6 años de edad, “mi fuerza para seguir adelante”- y lleva “cinco meses” sin cobrar la pensión por los pequeños. Natural de Bolivia, lleva 18 años viviendo en Bilbao pero no tiene familia aquí que pueda ayudarla con unos gastos que se acumulan y sigue aumentando mes a mes. “Todo el dinero que pueda entrar en casa es una ayuda”, admite, agradecida por esta ayuda económica que le ayuda a hacer frente a los gastos de cada mes: un alquiler de 800, los gastos del colegio... Y todo con una RGI que apenas supera los 600 euros. “Tengo algo de dinero ahorrado de cuando estaba trabajando pero miro hasta el último céntimo que gasto”, reconoce.

Vive junto a sus hijos en una casa “muy fría” y, en pleno invierno, puso la calefacción eléctrica pensando que el aumento en el consumo de electricidad no sería para tanto. “¡Vaya si lo noté!”, se horroriza solo de recordarlo. Los recibos de la luz le llegaron a subir hasta los 360 euros, “como si tuviera un bar en casa. Cuando llegó ese recibo me sentí súper ahogada, me desestabilicé por completo”, rememora. Llegó un momento en que le llegaron a cortar la luz y tuvo que hacer “malabares” para cubrir la deuda. “Te toca pedirle al dueño del piso que no te pase el recibo completo del alquiler, hablar con amigos para que te presten dinero... Cada uno puso su granito”, agradece. “Y eso que estaba trabajando; mis jefes tampoco me quisieron adelantar el dinero, tuve que esperar hasta fin de mes para cobrar y devolver el dinero que me habían dejado”.

Estufa de butano y pijamas gordos

Este año prescindirá completamente de la calefacción eléctrica. “A esa no la quiero ni ver”, responde de forma gráfica. Para sobrellevar las temperaturas más bajas del invierno, ha optado por comprar una estufa que funciona con butano -“que solo cuesta 15 euros cada bombona, sale mucho mejor de precio”- y ha comprado a sus hijos pijamas más cálidos, “de los que son como unas colchitas”.

Pese a todos, sorprende el optimismo con el que Anahí encara el futuro. “Gracias a Dios, se sale de todo. Creo que lo que siembras en la vida es lo que cosechas. Soy una mujer muy positiva; he pasado por muchas situaciones desde que dejé mi país y me vine aquí. Dejé todo teniéndolo todo; pero te sirve para madurar y les enseñas a tus hijos lo que es la responsabilidad y a agradecer las cosas que tienes. Ahí creo que me sale el gen alemán de mi abuelo; soy fuerte, no me tumban tan fácilmente”. Con amplia experiencia trabajando como comercial, ahora su principal objetivo es volver a encontrar trabajo. “Han salido unos cursos de osteópata, que no son muy caros, y quizá me apunte”, reflexiona.

Para ayudar a personas que se encuentran en una situación como la de Anahí, Cruz Roja ha puesto en marcha el plan Reacciona, para dar una respuesta “directa, inmediata y cercana” a esas necesidades, explicó Gutiérrez, “de forma que puedan pagar la luz, el transporte, el alquiler de ese mes...”. En una primera fase, se pretende atender en Bizkaia las necesidades de 457 hogares, unas 1.828 personas.

Las familias monomarentales y monoparentales, como la de Anahí, son las más perjudicadas por las consecuencias de esta crisis; representan a más de la mitad de los afectados, seguidas de las personas que viven solas. En cuanto al género, las mujeres sufren una mayor exclusión social y pobreza que los hombres y, aunque esa desigualdad se refleja en todas las edades, es entre las mujeres mayores de 65 años donde es mayor, con una diferencia de casi seis puntos porcentuales.

12/10/2022