La Fundación Ellacuría y Alboan tienen experiencia en el trabajo con desplazados por conflictos bélicos de todo tipo. El de Siria es uno de ellos y acaba de cumplir una década. Así que el terremoto de hace quince días ha incrementado un sufrimiento enquistado ya en su población. La guerra, de hecho, provocó que 12 familias sirias llegaran a Euskadi huyendo de la guerra y desgraciadamente, muchas de ellas están ahora afectadas por el terremoto con algunos de sus familiares afectados.
La Fundación Ellacuría se ha encargado de integrarlas en nuestra sociedad. Marisabel Albizu ha señalado que a estas familias que arrastran sus dificultades, se les añade "la incertidumbre y la falta de poder acceder a información de cómo están sus familiares". "Hablamos de personas mayores que se han quedado solas y la gran preocupación es cómo van a ser atendidas", subraya.
Y es que el terremoto de hace quince días ha afectado a la zona opositora donde Alboan lleva diez años trabajando con casi 7 millones de personas desplazadas dentro del país. "Estamos viendo que mucha ayuda internacional y gubernamental está llegando a Turquía pero es más complejo entrar en Siria", remarca Leire Morquecho de Alboan.
"La comunicación es complicada. Se conectan una vez al día al móvil, el nerviosismo, y si será verdad lo que nos cuentan. Hay dudas de si las historias que están contando son ciertas o no, o son solo para tranquilizarles", afirma.
Sobre el terreno, Alboan se centra ahora en lo más básico. Esto es alimentación, mantas, apoyo psico social de gente que ha perdido su casa en bombardeos y ahora el terremoto. "La gente necesita que le escuchen y sacar lo que acumulan", destaca Leire. Importante en origen y en destino, como afirma Marisabel. "Hay que sujetar a estas personas".
Redes familiares rotas
"Nos encontramos redes muy rotas", describe Marisabel ya que muchas de estas personas tienen a sus familiares en diferentes países y por tanto, no pueden apoyarse en ellos. De ahí la importancia de crear una nueva red.
"El modelo de acogida de los sirios en Euskadi es el modelo de acogida social. Los que han llegado están siendo apoyados por familias de aquí. No están solos. Han establecido redes de barrio donde están siendo acompañados, escuchados. Agradecen que les pregunten y les digan que estamos aquí", señala Marisabel.
“ Están en procesos de integración. Esa es la manera de integrar a las personas y que no se generen guetos más profundos. ”
Marisabel Albizu, Fundación Ellacuría
De ahí que no tenga dudas de cuál es el modelo a impulsar. Uno que nada tiene que ver con el macro centro que el Gobierno español pretende construir en Gasteiz. "Es un modelo diferente en el que no estamos. Nosotros estamos en un modelo de acogida comunitario", remarca.
Leire Morquecho destaca que el camino de estas personas desde que salieron de Siria es realmente largo y complejo y que escuchando su relato nos ayuda " relativizar nuestras preocupaciones y quejas", afirma. "Nos permite abrir el zoom de la burbuja diaria", subraya.
“ La emergencia de Ucrania fue un ejemplo de que si se quiere, se puede ”
Leire Morquecho, Alboan
Ambas recuerdan que una parte de su trabajo además de canalizar la ayuda, los fondos y la solidaridad es contar la historia de esas personas. "Nos toca ser altavoz", destaca Leire y subrayan el trabajo hecho desde que estallara la guerra en Ucrania. "La emergencia de Ucrania fue un ejemplo de que si se quiere, se puede. Se reconocieron los derechos. ¿Por qué no con otros conflictos, otras guerras?, se pregunta.
En este sentido destaca Marisabel que la Fundación Ellacuría quiere extender este modelo más allá de Ucrania y se felicita porque el Gobierno Vasco esté por la labor. "No queremos repartir donativos sino que se sostengan los derechos", concluye.