Los dos agentes de la Ertzaintza que registraron el domicilio del fotógrafo donostiarra Kote Cabezudo, el 30 de julio de 2014, han testificado en el juicio que no fueron a registrar el local que había sido su estudio fotográfico en el barrio del Antiguo porque él les dijo "que estaba abandonado o alquilado". A preguntas del abogado de la acusación, uno de ellos añadía además, que Cabezudo "no aportó ningún tipo de documentación al respecto". Su compañero detallaba a continuación que "fue el secretario judicial quien tomó la decisión, tras consultarlo telefónicamente con el Juzgado de Instrucción".
Por lo demás, los agentes han declarado que el registro del domicilio del fotógrafo, en la calle Urbieta, fue "normal". Incluso han manifestado que Kote Cabezudo se mostró "colaborador tras consultar con su abogado".
En ese domicilio se incautaron de "tres discos duros". A preguntas del ministerio fiscal y la acusación particular, los agentes también manifestaban que había "varias pantallas Apple" y que "no vieron ninguna torre de ordenador". También que, en el momento del registro, en el domicilio se encontraban "la esposa de Cabezudo con un niño".
En la décima sesión de la vista oral que se desarrolla contra el fotógrafo donostiarra también han declarado otras tres mujeres, presuntas víctimas de Cabezudo, aunque en el caso de una de ellas los hechos habrían prescrito. Lo han hecho, al igual que el resto de supuestas víctimas, a puerta cerrada.
La vista continuará mañana, jueves, a las 09.30, con nuevas testificales que, en principio, se prevén también a puerta abierta.
Puedes escuchar parte de la declaración de los agentes de la Ertzaintza en el audio.