No van a poder con nosotros (3-1)

Esta Real va muy en serio. Se atreve con todo. Llegados a este punto, a estas alturas de la competición, la dosificación de esfuerzos en el Excel de Imanol parece sacar sus frutos esta vez. Y eso se nota a pesar de que la competición no concede treguas y que sus gestores han tratado de romper su sueño copero. Se han quedado con las ganas. Este equipo es diferente por obra y gracia de su entrenador. No tendrá un gen copero, pero Imanol ha logrado que afronten todos los partidos como si no hubiera un mañana. Y todavía hay alguno que le discute… Qué será de nosotros cuando no esté.

Una Real arrolladora y muy superior, plenamente convencida de sus posibilidades no solo en los octavos, sino en todo el torneo, destrozó al Rayo con un Kubo espectacular y un Oyarzabal imparable. Con esos dos y el nivel que tienen suele bastar. 3-1, tres goles y se acabó el debate sobre el juego. El ADN de Imanol ha sido ganar. Como era el de Luis Aragonés. Algunas veces jugando mejor y otras peor. Ganar, ganar y ganar…

Un tanto del capitán, otro de Olasagasti y un último de Sergio Gómez, de falta, dieron el pase a un conjunto realista que sigue emitiendo señales crecientes de fiabilidad y consistencia… Y lo que queda.

"Esta semana vamos con todo". Lo dejó claro Imanol. El técnico no quiso mover demasiado el equipo para enfrentarse a un duro rival. Solo tres cambios respecto a la alineación que se impuso al Villarreal. Zubeldia, que volvía tras su sanción, Olasagasti, el mejor de la Copa hasta ahora, por Brais, y Barrenetxea, por Sergio Gómez. La intención del oriotarra era que sus pupilos arrancaran fuerte y trataran de sentenciar la eliminatoria cuanto antes.

Buen inicio realista

La Real salió fuerte, buscando desequilibrar como casi siempre por su banda derecha con su estrella Kubo, a pesar de que la primera ocasión llegó por la izquierda en un centro de Sucic que no encontró rematador. Pedro Díaz respondió con un disparo que salvó Remiro tras una buena internada de De Frutos. 

Con los blanquiazules dominando claramente aunque sin excesiva profundidad ni avasallando, Aramburu puso a prueba a Cárdenas, que respondió con un paradón. Ya es lo único que le faltaba al lateral, marcar. En el córner, Barrenetxea proyectó a Kubo, que se fue como quiso hasta poner un centro que culminó Oyarzabal en plan 9. El japonés protagonizó otra gran internada, pero no finalizó bien. Después de un chut desviado de Álvaro, llegó el segundo tanto realista en un gran disparo de Olasagasti a pase de Oyarzabal que se coló junto al palo. Fue curioso porque dio la sensación de que el árbitro tenía ganas de anularlo (lo quiso confirmar en dos ocasiones), pero segundos después pitó un penalti de Zubeldia, en una acción fatalmente defendida por la Real pero en la que no se ve bien si golpea a Trejo. El argentino se las sabe todas. El colegiado no dudó y no quiso consultar el VAR. Lo más grave de todo es que era el minuto 51 cuando iba a descontar tres minutos. Curioso. No pasa nada, estamos acostumbrados. El capitán franjirrojo recortó distancias a pesar de que Remiro estuvo a punto de detener su disparo.

La sentencia desde el banquillo

En la reanudación, con el susto en el cuerpo, la Real no tardó en demostrar que ayer no iba a conceder nada y que había reservado su plaza en el bombo de cuartos. Aramburu volvió a estar cerca del gol antes de que anularan una preciosa diana de Barrene por fuera de juego previo, muy justo, de Oyarzabal, que había puesto un centro magnífico con la derecha. Hubo que esperar a la llegada de refuerzos en los cambios para sentenciar la eliminatoria gracias a una falta directa de Sergio Gómez, cuya rosca engañó a todos, ya con uno más por la roja a Espino. Turrientes casi anota el cuarto.

Tres partidos más

Y punto final. Ganar, ganar y ganar… Se repite lo que haga falta. El triunfo de ayer fue contundente y sin discusión, como un gesto simbólico de rebeldía ante tanta injusticia. No van a poder con nosotros. Esta Real quiere soñar en grande. Que no se descuiden los abusones, porque el gigante txuri-urdin volverá a estar en el bombo de cuartos. Lo mejor está por llegar. A tres partidos de la soñada final.