‘Non gogoa...’, el ser humano y la montaña

Un ascenso por la naturaleza, el paisaje de la alta montaña y los desafíos y las aventuras que ofrece, de la mano de dos historietistas navarros que son, además, grandes amantes de la montaña: el escritor Javier Mina y el dibujante Pedro Osés. Es lo que propone el álbum en euskera Non gogoa..., que, más de treinta años después de su gestación, se publica por primera vez de la mano de la editorial Denonartean con varias historietas inéditas. La obra se complementa con la exposición de varias viñetas originales de la publicación en la galería Altxerri de Donostia.

Non gogoa... agrupa nueve historietas breves basadas en sucesos históricos y recuerdos de alpinistas como Gary Hemming, Iñaki Aldaia, Bianca di Beaco, Kurt Diemberger o Reinhold Messner, con un tratamiento intimista de los personajes y una particular poética de la naturaleza. La edición de este álbum en euskera es una recuperación del patrimonio historietístico.

Entre 1983 y 1984, Pedro Osés y Javier Mina publicaron, entre otros cómics, una serie de historietas dedicadas al montañismo en la revista para la promoción del euskera Habeko Mik, creando un afortunado y reconocido tándem creativo al que, cuatro décadas después, la editorial Denonartean rescata y rinde homenaje, recopilando en este álbum de sugerente título las historietas originales, junto a otras dos inéditas.

Mientras Pedro Osés representa la figura humana ascendiendo por el monumental paisaje de la alta montaña o enfrentada a las inclemencias del tiempo y circunstancias de cada aventura en viñetas de gran potencia pictórica, Javier Mina reproduce sus lacónicas reflexiones, en un monólogo interior que va del asombro existencial a una constatación del esfuerzo físico, la superación o la soledad. Son historias de situaciones extremas y compañerismo, con ocasionales elementos fantásticos, que describen la relación especial entre quienes admiran la montaña y se atreven a medirse con su naturaleza.

Viñetas originales de Pedro Osés y Javier Mina que se pueden visitar en la galería Altxerri de Donostia Javier Colmenero

“La mayoría de estas historietas vieron la luz en los 80 en la publicación del Gobierno Vasco Habeko Mik, donde cada temporada hacíamos algo temático. Se basan en sucesos históricos relacionados con la alta montaña”, dice el dibujante Pedro Osés, quien celebra la publicación de Denonartean, que incluye historietas inéditas y una carpeta con exposición de dibujos suyos que, a modo de homenaje personal, dedica al alpinista estadounidense Gary Hemming, quien “hizo un rescate en los Alpes de unos montañeros alemanes que estaban en un lugar inaccesible”, cuenta el dibujante navarro.

Ver la publicación física más de treinta años después “da gusto”, reconoce Javier Mina. “Además, como el monte es algo tan intemporal y contábamos historias que se remontan a finales del siglo XIX, todo sucesos históricos, creo que han aguantado bien el paso del tiempo. El marco geográfico de los montes está igual, lo único que ha cambiado es la indumentaria y la preparación de los montañeros, pero nada más”, reflexiona el escritor.

Con estas viñetas, apunta, “tratábamos de que, tanto a través del dibujo como de los textos, el lector de algún modo estuviera involucrado en la historia, que se metiera un poco en la cabeza del montañero y sintiese lo que él sentía; queríamos hacerle cómplice, son momentos fuertes, límites algunos, y se trataba de acercarle esas vivencias para que lo viera por sus propios ojos y lo sintiera como podían sentirlo estos locos del alpinismo que se miden con el poder de la naturaleza y con los límites. Porque no es una naturaleza cualquiera, es una naturaleza al límite, es buscar casi el más difícil todavía, la vía más complicada”, dice Mina.

Tormentas inesperadas o sucesos asombrosos e imprevisibles “como el que protagonizó un alpinista galés que se cayó a un pedazo de pared, creyendo que se iba a matar pero sobreviviendo milagrosamente” –cuenta el escritor–, protagonizan las viñetas de Non gogoa...

Un proyecto que se gestó en su día a fuego lento. “Era un momento en la que no existía Internet ni redes ni nada, teníamos que buscar los temas en la biblioteca tirando de fichas de papel, ir a los libros y comunicarnos dibujante y escritor por correo postal y por teléfono... Un proceso mucho más laborioso y complejo que el que podría ser hoy, con la facilidad de la inmediatez que permiten las redes”, zanja Javier Mina.