Los vehículos verdes y negros del BEI empiezan a ser parte del paisaje urbano. El responsable de Movilidad, Raimundo Ruiz de Escudero, valora para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA los 30 días de probaturas del BEI.
Después de 30 días de pruebas con el BEI circulando por las calles de la ciudad ¿qué balance hace?
–El objetivo era iniciar las pruebas de estrés y hemos ido incrementando el número de autobuses y su frecuencia a medida que ha pasado el tiempo y teníamos esa posibilidad. El balance es positivo y de todo lo que queríamos probar, tanto las cargas, tiempos, semaforización, seguridad y la conducción lo hemos ido introduciendo poco a poco.
¿Ha sido necesario llevar a cabo algún ajuste en puntos críticos como los cruces y la regulación semafórica?
–Era otro punto de las pruebas que se debía examinar a pleno rendimiento, en diferentes situaciones de tráfico y cruce con otras líneas. El resultado está siendo bueno. Son maniobras que los propios técnicos dicen que se deben repetir continuamente y no basta con que salgan una o dos veces bien, sino que hay que hacerlas muchas veces bien hasta tener la seguridad de la correcta implantación.
Un recorrido de un vehículo convencional tarda unos 50 minutos y se buscaba reducir un 25% esos tiempos para ofrecer frecuencias de paso de 7 minutos. ¿Se está logrando el objetivo?
–Prácticamente en todas se ha alcanzado. La reducción de tiempos es muy importante, teniendo en cuenta que no solo es el tiempo de trayecto, sino el período de carga. Para el segundo o tercer día ya empezamos a tener tiempos buenos. Se ha rebajado a los 38 minutos y también hasta los 35 y 36, pero esa marca hay que hacerla de manera más habitual. Es también cierto que algunas de las pruebas hay que pensar hacerlas en tiempos diferentes. Hay que situarse en problemas que podemos tener y no en hacer los recorridos en una normalidad absoluta, algo que no ocurre ni siquiera en el tranvía. Hay que provocar determinadas situaciones que puede haber y saber cómo se reacciona y funcionan cuestiones como la semaforización.
Tras las pruebas de estrés, ¿cuándo llegará la entrada en servicio del BEI?
–No voy a dar una fecha. Conozco la planificación semanal y no el detalle de cada jornada ni lo que los técnicos pueden estar pensando en estos momentos para las próximas semanas. Sí que nos estamos acercando a ese momento de pasar del hito de hacer las pruebas al servicio y ver incrementando el número de autobuses hasta lograr las frecuencias de siete minutos.
¿Ese hito de entrada en servicio del BEI está vinculado a la fecha de fin de obra de la unidad de carga funcional, fijada para el 22 de febrero?
–No va a estar vinculada a la finalización de esa unidad de carga al hecho de poder ofrecer el servicio. Disponemos de las herramientas suficientes para esa carga lenta, que se precisa cada 48 horas y mantener el equilibrio entre baterías.
Esta implantación del BEI es un paso adelante en el transporte público de Vitoria
–Considero que son dos las revoluciones que supone este nuevo medio de transporte para la ciudad. Es cierto que se hace esa implantación del BEI, pero también todo lo que hay a su alrededor en forma de carriles bici o calmado de tráfico en zonas de la ciudad, en cuestiones de movilidad. El segundo hito va a permitir disponer de unas nuevas cocheras de Tuvisa, cuya primera fase es la unidad de carga que se está construyendo. Esto supone, además, que Tuvisa se va a encargar de gestionar el servicio del BEI, y eso es un aldabonazo a la sociedad para disponer de una empresa a la altura que el transporte público demanda en una ciudad como Gasteiz.