Diez años en un suspiro. Iñaki Artola cuenta entre risas que acaba de cumplir los 30 –los hizo el domingo– en las entrañas del Ayuntamiento de Donostia, con el sol golpeando como un martillo sobre miles de bañistas a la orilla de la playa de La Concha. Recorre las fotografías de su vida, que ilustran un montón de vivencias pegado a una pelota, al resguardo del frontón. Desde su formación, el debut con Asegarce –ahora Baiko–, los momentos dulces y los crudos, porque ha vivido de todo. En la retina, un lugar y una competición singulares: el Atano III y el Donostia Hiria. “Me hace especial ilusión porque es el más cercano a casa y el primer torneo que jugué con los pelotaris de arriba”, recuerda el guipuzcoano. Las yemas de los dedos repasan las hojas del almanaque de aquel pasado lejano, aunque no tanto, porque si veinte años no son nada, diez son la mitad de esa nada.
El alegiarra se estrenó como profesional el 28 de junio de 2014 en el Beotibar de Tolosa y, de hecho, en conmemoración de la década estaba programado en su pueblo dentro del Cuatro y Medio de San Fermín, pero una rotura de fibras le impidió soplar las diez velas como profesional con el gerriko a la cintura. Pues bien, entonces, con menos de dos meses como profesional, la promotora de Bilbao optó por su presencia en la feria del Atano III. Disputó la semifinal con Albisu ante Olaizola II-Ibai Zabala. Perdieron 22-19. “Si me dicen antes del partido que iba a llegar a 19, lo hubiera firmado. Pero ahora me quedo con pena, cuando haga el balance en casa quedaré contento”, manifestó al término del choque. Dio espectáculo. Se vio su talla de elitista. Nacido para competir. Se convirtió en un fijo: jugó en 2015, 2016 y 2017, año en el que se llevó el gato al agua junto al pegador de Ataun ante Altuna III-Rezusta (21-22). También disputó la edición de 2019; mientras que Baiko no optó por él en las dos últimas campañas. “Estoy muy feliz de jugar. Está caro ser titular en este tipo de ferias. Hay que agradecer la apuesta de la empresa”, admite el delantero de Alegia, quien reitera que “me hace especial ilusión volver después de unos años en los que no he podido jugar”.
La visión de Altuna III
En esa nostalgia también baila Jokin Altuna, cuya primera década en la Liga de Empresas de Pelota a Mano se firmó el 24 de junio. Sucedió algo similar con él: en apenas unos meses, Aspe contó con él como titular en Donostia. Bien es cierto que también había sido de la partida en La Blanca, que sufrió las lesiones en la delantera de Martínez de Irujo y Xala, permitiendo la entrada del Joseba Ezkurdia y el amezketarra, respectivamente. Altuna III jugó en el Atano III con David Merino ante Martínez de Irujo-Zabaleta. Perdieron 22-15, mas dieron buena imagen. Lo que vino después forma parte de la enciclopedia de la pelota. Figura y senda histórica hasta un límite aún por descubrir. La frontera es el firmamento.
Cuenta el campeón del Manomanista que “Donostia es una plaza muy especial”. “Los pelotaris echábamos en falta jugar tanto como lo estamos haciendo últimamente. Hay que agradecer a todos los que están trabajando para que esto continúe así. El Donostia Hiria es uno de las citas más especiales de todo el año”, explica Jokin.
Respecto a lo deportivo, el amezketarra desbroza que “va a ser un torneo bonito. Hay grandísimas parejas. Están las más potentes. Nuestra semifinal va a ser bonita, dura. Lo más importante es llegar bien”.
El ámbito deportivo
Aspe y Baiko Pilota afilan sus programaciones para el Donostia Hiria. El Atano III, que se ha convertido en uno de los principales polos de atracción del curso pelotazale, una temporada en la que se han registrado entradas importantes durante la época invernal, registrará las hostilidades entre cuatro combinaciones de bandera: Altuna III-Rezusta –campeones de San Fermín en 2023–, Peio Etxeberria-Zabaleta –campeones del Parejas–, Artola-Mariezkurrena II –campeones de San Fermín en 2022– y Laso-Imaz –finalistas del Parejas en 2022 y 2023–. “Mariezkurrena II y Zabaleta suelen marcar la pauta, pero trataremos dar guerra”, analiza el delantero de Bizkarreta-Gerendiain.