Draymond Green fue expulsado este martes por darle un puñetazo en la cara a Jusuf Nurkic en el partido entre los Phoenix Suns y los Golden State Warriors. Esta es la tercera expulsión para Green en lo que va de temporada, mientras aumentan las voces que reclaman para él una sanción ejemplar de la NBA.
Con 8.23 en el tercer cuarto, el pívot de los Warriors luchaba por ganar la posición frente al interior de los Suns cuando se dio la vuelta y golpeó en la cara a Nurkic, que acabó en el suelo.
Los árbitros revisaron lo sucedido y pitaron flagrante de tipo 2 por lo que Green se fue a la ducha antes de tiempo.
Green, imprescindible en los Warriors de Stephen Curry y Klay Thompson pero que tiene un largo historial de acciones muy polémicas y controvertidas, ya fue expulsado en dos ocasiones este curso.
La más grave de ellas fue a mediados de noviembre cuando agarró por el cuello con una llave a Rudy Gobert en una tangana en el duelo contra los Minnesota Timberwolves, una expulsión por la que recibió además una sanción de cinco partidos por parte de la NBA.
Tras el partido de esta noche, que acabó con victoria de los Suns (119-116), Green compareció ante los medios de comunicación y pidió perdón a Nurkic.
"Estaba agarrándome de la cadera y yo estaba moviéndome para intentar que los árbitros vieran una falta y haciendo contacto con él. Como sabéis, no soy de disculparme por cosas que quise hacer, pero sí pido perdón a Jusuf porque no tenía intención de golpearle", dijo en una rueda de prensa.
Green repitió en varias ocasiones sus disculpas, reconoció que era "un golpe duro" que entra en la categoría de flagrante tipo 2 y apuntó que se trató de un incidente "desafortunado" en el que hizo contacto con Nurkic de forma accidental.
Por su parte, Nurkic, también ante los periodistas tras el encuentro, dio su versión de lo ocurrido y mostró su preocupación por la salud mental de Green.
"¿Qué le pasa? No lo sé. Personalmente creo que este hermano necesita ayuda. Estoy contento que no intentara ahogarme... Pero al mismo tiempo no tenía nada que ver con el baloncesto", afirmó el pívot tirando de ironía.
"Yo estoy ahí para intentar jugar al baloncesto y él está ahí golpeando. Creo que lo hemos visto a menudo, pero espero que lo que sea que tenga en su vida vaya a mejor", agregó.