Grupos fascistas dieron ayer miércoles rienda suelta a sus proclamas en Barcelona lanzando proclamas contra el “totalitarismo” de los partidos de izquierdas. Unas 250 personas convocadas por Democracia Nacional, y con presencia de partidos de extrema derecha, se manifestaron portando banderas preconstitucionales, e incluso una persona enarboló una con una esvástica, coreando lemas como España es una y no 51, Que arda la estelada y otras en contra de los medios de comunicación. Así llegaron hasta la plaza Sant Jordi gritando: “¡Aquí están los nacionalistas!” y quemando bengalas rojas, y una vez allí arrancaron su discurso tachando al Gobierno del Estado de “traidor y culpable de todos los males de España”, además de pedir la libertad para su líder, Pedro Chaparro, que ingresó en prisión por el asalto al centro Blanquerna de Madrid en 2013.
Se escuchó de todo y nada bueno: desde “canallas” hasta “totalitaristas”, desde denunciar lo que consideran una “tortura ideológica” a pedir que no se obedezca a los gobernantes e invocar un nuevo y futuro “levantamiento”. No faltaron alegatos contra el movimiento feminista y las políticas que combaten el machismo y la homofobia, y en contra también de las reformas en materia de fiscalidad progresiva aprobadas en plena crisis económica. Todo ello, alentados por el crecimiento de la ultraderecha en países de Europa como Italia o Suecia.
En la primera fila, el nuevo secretario general de Vox, Ignacio Garriga, y la persona a la que ha relevado de su cargo, el cesado Ortega Smith, que después desfilaron desde Montjuïc hacia plaza Catalunya para unirse a la manifestación unionista que encabezaron el PP, Ciudadanos y el partido de Santiago Abascal. Una marcha que, un año más, acabó en fracaso, ya que no agrupó a más de 2.200 personas pese a la gran campaña propagandística y los autocares organizados desde el resto del Estado, lejos de las “50.000 o 60.000” que calculaban los organizadores, quienes montaron una rúa de “más de 2.000 bailarines hispanoamericanos”. Es decir, había aproximadamente el mismo número de manifestantes que de danzantes.
La plataforma Cataluña Suma aprovechó para emitir un comunicado en el que censuraba a la Generalitat por, a su juicio, marginar el español en las escuelas y despreciar a España y sus símbolos, reclamando que “renuncie a sus posturas supremacistas y fanáticas”. También afeó el desprecio que según la organización ejerce la administración central, “permisiva con quienes no respetan los símbolos de España”. Por su lado, Vox acusó al PP y al PSOE de haber “colaborado” con el independentismo en “neutralizar el sentimiento de españolidad de miles de catalanes”. Por parte del PPC, su líder en Catalunya, Alejandro Fernández, afirmó que “Hispanidad es libertad, es Constitución, es democracia”. El líder de C’s en el Parlament, Carlos Carrizosa, lamentó la ausencia del PSC en la manifestación, a la par que dijo no tener problemas con la presencia de Vox. Valents, la refundación de la marca Barcelona pel Canvi creada por Manuel Valls, reclamó “más presencia del Estado en Catalunya”, con “jueces, inspectores educativos” y miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Por otro lado, unas 200 personas convocadas por la plataforma Som Antifeixistes se manifestaron cerca y sin incidentes contra la celebración de la Hispanidad bajo el lema 12-O: Nada que celebrar.