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Nuevos aliados contra el cáncer de mama

Los avances tecnológicos, junto a un tratamiento innovador, permiten al Hospital de Basurto reducir el número de sesiones de radioterapia en los tumores de mama y proteger el corazón
El doctor Javier Fuertes, jefe de servicio de Radioterapia Oncológica en el hospital de Basurto. En el cuadro de la derecha, sanitarias con los monitores que controlan los parámetros correctos para llevar a cabo la radioterapia en inspiració / Oskar Gonzalez

El Hospital de Basurto lleva a cabo un tratamiento innovador que supone un cambio de paradigma en la radioterapia del cáncer de mama, el más común en las mujeres de todo el mundo. Un tratamiento que consigue reducir los tiempos de tratamiento, las dosis y los efectos adversos. “De lo que se trata es de minimizar cualquier tipo de secuelas. Antes, teníamos tratamientos de 30 días, en la mayoría de las ocasiones. Pues hoy en día, con toda la tecnología a nuestro alcance, de la cual el hospital de Basurto dispone, estamos en algunas ocasiones en cinco días y en otras ocasiones, en 15 días. Con lo cual, el tratamiento de las mujeres que sufren cáncer de mama ha experimentado una evolución muy favorable”, señala el doctor Javier Fuertes, jefe de servicio de Radioterapia Oncológica.

“En cuanto a la mama izquierda, con todos los avances tecnológicos a nuestro alcance, estamos empeñados en proteger el corazón y disminuir los efectos secundarios cardiológicos a largo plazo”, destaca Fuertes. Es por esta razón que una comunicación sobre el contorneo de la arteria descendente anterior ha sido elegida una de las tres mejores comunicaciones orales presentadas en un congreso europeo centrado en la patología mamaria.

La técnica que aplica Osakidetza es compleja, pero aún así, y pese al riesgo de simplificar, el doctor Fuertes la desgrana casi para dummies y la acerca al lector. Se trata de un método de inspiración profunda que consiste en que la paciente mantiene el aire para intentar separar el corazón de la mama izquierda.

La técnica que aplica Osakidetza es compleja; se trata de un método de inspiración profunda que consiste en que la paciente mantiene el aire para intentar separar el corazón de la mama izquierda.

Previamente a la paciente se la somete a un entrenamiento, una especie de apnea para que esté capacitada para llevarla a cabo. “Pueden ser cuatro minutos de tratamiento en intervalos de 20 segundos con la respiración contenida”, explica. “Cuando el aparato detecta que las ondas ya no cumplen los criterios establecidos, puede ser también porque estornuda, tose, se mueve..., entonces se para la radiación, la paciente se relaja, vuelve a respirar normal, y a continuación se vuelve a retomar el tratamiento”, matiza el especialista de Osakidetza.

Con todo ello, se consigue el objetivo último de que el corazón esté lo más alejado posible de esa radiación y sufra el menor daño posible. Junto con ello, en el hospital de Basurto también se están delimitando las estructuras cardíacas a la hora del tratamiento y sobre todo la arteria descendente anterior. “Esa delimitación es un complemento más y un avance para contener los posibles daños”. Esta delimitación entra dentro de la radioterapia guiada por superficie, que es la última incorporación tecnológica y representa un apoyo extra. Asegura que el posicionamiento de la paciente sea exactamente igual en todos los días de tratamiento. Porque, si hay cambios, el propio aparato los detecta, para la radiación, y se recoloca a la paciente”.

Gracias a este tratamiento de vanguardia, que se intenta hacer en todas las mamas izquierdas, no solo se minimizan los riesgos, sino que se logra abordarlo en unos cinco días de tratamiento, "frente a los 30 días que era lo que teníamos antes".

Gracias a este tratamiento de vanguardia, que se intenta hacer en todas las mamas izquierdas, no solo se minimizan los riesgos, sino que se logra abordarlo en unos cinco días de tratamiento, aproximadamente una semana. “Hablamos de cinco días frente a los 30 días que era lo que teníamos antes, aproximadamente un mes y medio acudiendo al hospital”, subraya el doctor Fuertes.

Un complicado proceso siempre con la finalidad última de que el corazón sufra lo menos posible “porque queremos curar, no dañar”. No hay que olvidar que hablamos de un cáncer, el de mama, con un pronóstico de curación de hasta el 85%, que dispone de un arsenal terapéutico muy grande y, por lo tanto, con un gran volumen de población que son largas supervivientes.

Para aquellas mujeres que no sean candidatas a la técnica de respiración profunda, ya que no logran ejecutarla bien, “hacemos la radioterapia en respiración libre, pero aún así el corazón recibe una dosis muy pequeña y la probabilidad de un evento cardíaco es muy baja”, se destaca.

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En corto

Cambios. Esta área de investigación dentro de la Radioterapia Oncológica permitirá conocer las dosis máximas tolerables y elaborar guías de práctica clínica. Junto con el desarrollo tecnológico, conlleva un cambio en la radioterapia del cáncer de mama, reduciendo tiempos de tratamiento, dosis y efectos adversos.

09/01/2024