Desde la Edad Media, Nuremberg ha sido un reflejo de la historia alemana, impresionante, excitante, resplandeciente entre la grandeza y la tragedia. Un nuevo espíritu floreció bajo la protección del castillo, y apenas había otro lugar donde fuera posible vivir tan bien. Y así ha permanecido hasta hoy.
Hoy viajamos hasta la segunda ciudad más grande de la región de Baviera, reconstruida al mínimo detalle tras ser reducida a cenizas tras las II.Guerra Mundial. Ejerce de embajadora Onetsine Arrizabalaga, una oriotarra que lleva diez años viviendo en la ciudad.