A medida que nos hacemos mayores una buena salud cerebral se convierte en prioridad fundamental, y una dieta adecuada puede ayudar a conseguirlo.
Para ello, en la dieta se deberían incluir los siguientes alimentos:
Frutos secos
Son ricos en vitamina E, que se asocia con un menor riesgo de deterioro cognitivo. También contienen ácidos grasos omega-3 y antioxidantes que ayudan a proteger las células cerebrales del daño oxidativo.
Pescados grasos
El salmón, las sardinas o la caballa, entre otros, son muy ricos en ácidos grasos omega-3, que son esenciales para la salud cerebral, ya que ayudan a formar las membranas de las células del cerebro y son cruciales para la comunicación entre las neuronas. Numerosos estudios han demostrado que una dieta rica en omega-3 puede mejorar la memoria y reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
Arándanos
Son conocidos por su alto contenido en antioxidantes, que ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el cerebro.
Verduras de hoja verde
Las espinacas y las acelgas, por ejemplo, son una formidable fuente de vitamina E y C, así como de ácido fólico, indispensables para la salud cognitiva.
Cúrcuma
Gracias a su elevado contenido en curcumina, posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, mejora la memoria y fomenta el crecimiento de nuevas neuronas, un proceso conocido como neurogénesis.
Chocolate negro
Aporta flavonoides, que ayudan a aumentar el flujo sanguíneo del cerebro, mejorando la salud cognitiva y la concentración.
Cafeína
Ya sea en el café matutino o en una taza de té, la cafeína tiene impactos positivos en el cerebro por la alta concentración de antioxidantes. Un estudio del 2014 sugiere que la cafeína ayuda a solidificar nuevas memorias, aumentar la agudez mental, mejorar la concentración y reducir el riesgo de enfermedades neurológicas.
Semillas de calabaza
Son antioxidantes fuertes que protegen al cerebro porque contienen micronutrientes tales como magnesio, zinc, cobre y hierro. Estos elementos son esenciales para la memoria y las señales nerviosas.