Mantener la higiene tanto en las superficies y útiles de la cocina como a la hora de conservar, cocinar y manipular los alimentos es esencial para evitar que se produzcan focos de contaminación que deriven en intoxicaciones alimentarias, la más frecuente la salmonelosis.
Estas enfermedades se producen al ingerir alimentos contaminados por microorganismos (bacterias, virus y parásitos) o sus toxinas, que llegan a los alimentos bien por una inadecuada manipulación o por una mala conservación.
En verano, debido a las altas temperaturas, hay un mayor riesgo de desarrollo de esos microorganismos y las principales vías de contaminación de los alimentos son: las manos (por no lavarlas bien tras usar el aseo), las gotitas de saliva emitidas al toser, estornudar o hablar, utensilios mal lavados, ropa contaminada o el lavado de alimentos que no deberían entrar en contacto con el agua.
Prohibido pasar por agua
En este último caso, hay determinados alimentos que nunca debemos lavar antes de cocinarlos. Algunos de ellos son:
1- Filetes de cerdo, ternera o pollo
Lavar la carne cruda puede propagar bacterias peligrosas (como la Salmonella y la E. coli) a través de las superficies de la cocina. La mejor forma de matar las bacterias que estos alimentos contienen naturalmente es cocinarlos a la temperatura adecuada. Lavar la carne cruda hará, además, que muchos de sus nutrientes, sabores y aromas se pierdan con el agua.
2- Huevos
Los huevos que se venden en las tiendas a menudo ya están limpios y tienen una capa protectora. Lavarlos puede eliminar esta capa, haciéndolos más susceptibles a la contaminación. La cáscara es muy porosa y a través del agua podría introducirse fácilmente la suciedad en el interior del huevo.
3- Setas y champiñones
Las setas son muy absorbentes y lavarlas puede hacer que absorban demasiada agua, lo que afectará a su textura y a su sabor. Es mejor limpiarlas con un paño húmedo o un cepillo suave.
4- Pescado crudo
Como ocurre con la carne cruda, lavar el pescado crudo puede propagar las bacterias que contiene y cocinarlo de la forma adecuada es suficiente para eliminar cualquier bacteria presente. Sin embargo, hay un caso en el que sí es necesario lavarlo y es siempre que vayamos a quitarle las vísceras y las escamas antes de cocinarlo.
5- Ensalada de bolsa
Las verduras que se venden en bolsa, independientemente de que sean para ser cocinadas o consumidas en crudo, suelen lavarse en origen con algún desinfectante en baja dosis para evitar patógenos. Resultan bastante seguras, por lo que no tiene ningún sentido volver a lavarlas.
6- Pasta
No debe lavarse antes de cocinarla y mucho menos después de cocerla. De esa forma, lo único que conseguiríamos sería eliminar los almidones que deben dejar la pasta ligeramente pegajosa para que la salsa se adhiera y esté mucho más sabrosa.
7- Alimentos congelados
Hay quien cae en la tentación de lavar con agua caliente los alimentos congelados para acelerar su descongelación. Sin embargo, esto es peligroso, pues un aumento brusco de la temperatura del alimento a la del ambiente aumenta la cantidad de microorganismos y toxinas presentes.
8- Frutos secos con cáscara
Los frutos secos se extraen de una cáscara o corteza externa que les protege y, además, por su bajo contenido en agua, no favorecen la propagación de los microorganismos patógenos. Por todo ello, es innecesario lavarlos antes de consumirlos.
La próxima vez que vayas a cocinar o a consumir alguno de estos alimentos recuerda que lo más higiénico en este caso no es meterlos debajo del grifo y que incluso puede resultar muy contraproducente.
Frente a ellos, hay otros como las frutas y las verduras que sí que se deben lavar bien. Y es que, durante todo el proceso de recolección, almacenamiento y exposición en las tiendas, pueden ser manoseadas por diferentes personas, e incluso, antes de ser arrancadas del árbol o extraídas de la tierra, pueden resultar contaminadas por insectos, excrementos de aves o por el propio contacto con el suelo.