Actualizado hace 6 minutos
Mantener una buena salud bucodental es imprescindible para que una persona pueda gozar de un buen estado de bienestar generalizado. Una buena higiene diaria, no ingerir alimentos ni bebidas que puedan dañar los dientes o realizar las visitas oportunas al dentista son algunos de los cuidados básicos que se debe proporcionar a la boca.
Frente a estas buenas prácticas, la divulgación de determinadas creencias o ideas erróneas puede causar una fuerte desinformación y llevar a la confusión, siendo el origen de determinadas prácticas que, lejos de cuidar nuestros dientes y encías, pueden llegar a perjudicarlos.
Mitos más comunes
Expertos de Fluocaril revelan algunos de los mitos más extendidos acerca de la salud bucodental.
1- Cepillarse fuerte elimina mejor la placa
Es uno de los mitos más extendidos, pero pensar eso es un grave error. Un cepillado de dientes demasiado agresivo puede dañar el esmalte dental y las encías, provocando sensibilidad y retracción gingival. Lo más recomendable es cepillar los dientes durante al menos dos minutos, con un cepillo de filamentos suaves y con movimientos delicados y circulares.
2- Si no me duele, no necesito ir al dentista
Muchas enfermedades dentales, como las caries incipientes o la enfermedad periodontal, pueden desarrollarse de manera asintomática en sus primeras etapas. Por eso, es fundamental acudir al dentista al menos una vez al año para realizar una revisión y una limpieza profesional, incluso aunque no haya ninguna molestia evidente.
3- El blanqueamiento dental daña los dientes
Realizado por manos profesionales, el blanqueamiento dental es una técnica segura y no daña el esmalte dental.
4- Es normal que las encías sangren
Muchas personas creen que el sangrado de las encías al cepillarse los dientes es algo normal, pero nada más lejos de la realidad. Cuando las encías sangran es señal de que están inflamadas y por lo tanto de que existe algún problema. En ese caso, conviene acudir a un dentista para analizar las posibles causas y ponerle solución.
5- El mal aliento se debe a problemas gastrointestinales
Pese a la creencia de que el origen del mal aliento está en el estómago, casi todos los casos de halitosis están relacionados con problemas de la cavidad oral. Una mala higiene bucodental, enfermedades periodontales, una acumulación de bacterias o de restos de comida, entre otros, pueden ser causa del mal aliento.
6- El chicle sin azúcar reemplaza al cepillado
Masticar chicle sin azúcar puede estimular la producción de saliva, que ayuda a neutralizar los ácidos y a eliminar algunas bacterias, pero en ningún caso puede sustituir al cepillado. Lo cierto es que la saliva no puede eliminar toda la placa bacteriana ni tampoco limpiar a fondo la superficie de los dientes, lo que hace imprescindible una limpieza en condiciones.
7- Los enjuagues más eficaces son los más fuertes
El alcohol que contienen los colutorios más fuertes no siempre son una garantía de eficacia y, a veces, pueden dañar los tejidos blandos de la boca. Además, es importante tener en cuenta que el colutorio no reemplaza al cepillado de los dientes. Al igual que el hilo dental y los cepillos interdentales, es un complemento más para el cuidado bucal, por lo que su uso debe ser adicional y no sustitutivo.
8- El azúcar es la única causa de caries
Aunque el azúcar es un factor clave en el desarrollo de caries, no es el único. Las caries son el resultado de la acción de las bacterias presentes en la boca que fermentan los carbohidratos, produciendo ácidos que desmineralizan el esmalte dental. Esto incluye no solo el azúcar de los dulces, sino también el de las frutas, los zumos, el pan u otros carbohidratos. Además, una mala higiene bucal y una predisposición genética pueden influir también en el desarrollo de las caries.
Es muy importante combatir toda esta desinformación sobre salud dental, ya que puede llevar a descuidos y a malas prácticas en el cuidado de la boca y tener consecuencias muy negativas a largo plazo. Así, desmentir cualquier falso mito es un paso clave para disfrutar de una sonrisa sana y duradera.