El mundo de la hostelería suele ofrecer dos versiones muy diferentes si se escucha a los empresarios y a los trabajadores. Mientras algunos de los primeros, sobre todo últimamente, se quejan de que no encuentran camareros, estos últimos denuncian cada vez más que si no aceptan esos trabajos es por las pésimas condiciones que les ofrecen. No todos, por supuesto.
Muchas de esas ofertas con jornadas interminables, horas extras que no se pagan, sueldos mínimos con dinero en B y requisitos indignantes las comparte la popular cuenta Soy Camarero, que lleva en diferentes redes sociales el profesional de hostelería Jesús Soriano y que publica situaciones diversas, tanto malas como buenas, que se producen en su mundo.
Tres propuestas discutibles
En esta ocasión ha compartido unas capturas de WhatsApp de una camarera gallega, que las había subido a sus stories de Instagram. “Y luego es que faltan camareros, aquí tres ejemplos de una compañera que lleva 6 meses buscando un trabajo con buenas condiciones en Vigo”, ha escrito Soriano en el post.
En esa captura aparecen tres fragmentos de conversación en los que la mujer, de nombre Antía, hablaba con sus posibles empleadores. En el primero es ella la que rechaza la propuesta. “La verdad es que el trabajo me encajaba perfecto. Lo que no me encaja son las condiciones”, le respondía al empresario, que le preguntaba si le seguía interesando el puesto. “El majo de Miguel quiere que le regale 56 horas de mi vida al mes”, explica Antía dejando ver las jornadas abusivas que le ofrecían.
En otra de las conversaciones, cuando ella pregunta por las condiciones económicas, le responden: “El sueldo sería de 700 más las extras”. “Y luego está mi amigo Guille, que me ve tan inteligente que sabe que con 700 euros yo salgo adelante”, reflexiona.
Que juegue al futbolín
Pero la que más llama la atención es la última captura (la segunda por orden en la imagen). Antía pide a la empleadora que le detalle “por encima” qué necesita para el puesto de trabajo y su respuesta es bastante desconcertante: “Necesito una camarera alegre. Con don de gentes. Que juegue al futbolín y hable con la gente. Que venga arreglada y nada más. Así de clara soy porque después todo son problemas”, afirma la empresaria. “Ana quiere que juegue al futbolín, que me maquille todos los días… y que no me queje de lo que pueda pasar”, escribe Antía en sus stories de Instagram.