Antes era un tabú, pero el confinamiento y la pandemia han provocado que el sector de la música, con artistas como Selena Gómez, Dani Martín, Pablo Alborán, Camilo o Miley Cyrus a la cabeza, hablen sin tapujos sobre salud mental. BIME ha ofrecido hoy una mesa redonda sobre este tipo de problemas, que devienen en estrés, depresión o ansiedad, con la participación de una terapeuta, una gestora de eventos culturales y la cantante Olatz Salvador. “La precariedad de este mundo incide en los problemas mentales”, coincidieron, al igual que en “acudir a profesionales” para atajar la enfermedad.
Salud mental. Retos de la industria musical en la postpandemia era el título de la mesa redonda que abrió BIME en su apartado profesional, que acoge Euskalduna Jauregia hasta el viernes. Las tres participantes, coordinadas y presentadas por Iker Barbara, responsable de Zarata, el suplemento vasco de la revista Mondo Sonoro, coincidieron en la reinvención del sector tras la pandemia, pero también en la dificultad de compaginar la vida personal y profesional, lo que ha tenido consecuencias en la salud mental de los diferentes agentes.
“Salud mental la tenemos todos, pero tendemos a hablar de ella solo cuando falla algo. Es como el reflejo del estado general de bienestar de la persona”, indicó Rosana Corbacho, de M. I. Therapy. Algunos estudios realizados en Gran Bretaña y Australia tras la pandemia han concluido que casi el 70% de los agentes del sector musical “han sufrido ansiedad o depresión” en los dos últimos años, y, lo que es incluso más preocupante, que “únicamente el 30% de ellos ha buscado ayuda profesional”, explicó Corbacho.
“Es cuestión de valorar las cosas importante de la vida y dejarse de chorradas. Organizando un festival no nos jugamos la vida de nadie, así que es importante pisar tierra firme y dejar de comportarnos como lo que no somos”, indicó muy gráficamente Maite Alaña, gestora de eventos como el festival MAZ Basauri. Abundó en esta cuestión Olatz Salvador, cantante y también psicóloga. “Es importante regular los egos, ya que la exposición ante miles de personas que supuestamente te adoran te puede poner en un sitio que no es el tuyo, el real. Y eso puede dejar huella”, explicó antes de aludir al uso de las drogas como “un mecanismo de defensa” ante problemas mentales.
“Es fácil caer ahí”, coincidieron las tres ponentes. El sector vive momentos de largas jornadas laborales e incertidumbre laboral, lo que acaba originando estrés, depresión o ansiedad. “La precariedad incide en la gestación de estos problemas, y han aflorado más con la pandemia. Si el sistema no está sano, cae una pieza, se producen altibajos emocionales y luego va el resto, en efecto dominó”, según Corbacho. Barbara explicó que solo un tercio de quienes tiene problemas acude a un profesional, que el Estado español “está a la cola de profesionales y psicólogos” y que “somos el país n.º uno en consumo de autodepresivos”.
Ayuda, no automedicación
“Siempre es mejor la terapia y acudir a un profesional que automedicarse”, indicó Corbacho, que coincidió con sus compañeras en que el reconocimiento de problemas en este campo ha dejado de ser un tabú. “Se está normalizando y es vital para mejorar la vida familiar y laboral”, explicaron antes de apostar por la formación en el sector en salud mental y la realización de talleres y terapias en las plantillas de las empresas, incluido los mánagers generales.