Actualizado hace 4 minutos
Lanzó Olav Kooij, furioso, un puñetazo al aire para reafirmar su autoridad. Su puñetazo sobre la mesa resonó en el esprint de la Tirreno-Adriático, de nuevo movida la jornada, con Filippo Ganna anclado en el liderato.
A Mikel Landa se lo llevaban los demonios después de un pinchazo, que siempre tiene el don de ser inoportuno, más si cabe con la carrera lanzada.
El de Murgia estableció el ritmo de caza para recomponer la compostura antes del duelo de la velocidad, donde Kooij se elevó por encima del resto de competidores con determinación. Ni Van der Poel, tercero, pudo con su compatriota, que le tomó la medida para rebasarle sin misericordia.
Plumiers, otro neerlandés, también tuvo que resignarse ante la velocidad de Kooij, el más rápido al encuentro de Trasacco en otro día de mordiente frío y lluvia impenitente que zarandeó al pelotón para recordarle que a la primavera todavía le resta una semana de los brazos largos y húmedos del invierno, sobre estimulado en la Carrera de los Dos Mares.
La fuga, con Jorge Arcas, Jonas Rutsch, Gijs Leemreize, Mirco Maestri y William Blume Levy, sirvió para dar picante a la jornada. Además, el viento, juguetón y caprichoso, lanzó algunas salvas que soliviantaron al gran grupo en dos capítulos de abanicos.
En el segundo, Ganna y Juan Ayuso, escudados por sus pretorianos, se movieron. Eso aceleró el pulso del resto, pero finalmente, todo se resituó para encaminarse al esprint, en el que Kooij mostró el puño.