Omar Fraile es un tipo últimamente acostumbrado a cumplir años mientras trabaja en el Tour de Francia. Pero el próximo 17 no va a ser el caso cuando sople 34 velas. El santurtziarra se encuentra en otros menesteres, y al igual que en 2022, su primera temporada en Ineos, no está compitiendo en la ronda francesa. Estos días disputa la Vuelta a Austria, antesala de unos días de descanso pasando por el hogar, Burgos y la Clásica de Donostia para coger ritmo y encarar una Vuelta a España que puede marcar un importante hito para él.
Después de ganar con el Dimension Data sudafricano aquella etapa de Bagno di Romagna en el Giro 2017, y al año siguiente, ya en Astana, aquella gloriosa jornada del Tour con final en el aeródromo de Mende, a Omar le resta alzar los brazos en la última grande de la temporada, y en ello está. "Tengo muchas ganas de hacerla. Hacer solo la Vuelta y llegar fresco me hace ilusión, y espero tener algún día la oportunidad y ese objetivo personal que tengo de ganar en las tres grandes".
De entre la media docena de representantes vascos presentes en esta edición de la carrera francesa sobresale la ausencia del vizcaíno, porque esta vez son otros los objetivos. Ha corrido cinco de los últimas seis ediciones de la 'Grande Boucle', pero, sobre todo, se echa de menos su presencia en la carretera, dejándose ver al frente del pelotón. Ejercer de escudero de Bernal y Rodríguez en la escuadra británico ha recalado en otros compañeros como Jonathan Castroviejo, el décimo Tour ya del getxotarra, y él está buscando la preparación más óptima para llegar en las debidas condiciones a la salida en Lisboa el próximo 17 de agosto.
En declaraciones a Ángel Plaza en 'La Movida Deportiva' de ONDA VASCA, Omar está contento por cómo le está yendo la temporada tras estar en París-Niza, la Itzulia, las exigentes clásicas de primavera y la Dauphiné. Un calendario, admite, "bonito. Bien, está siendo bonita. Han ido las cosas donde quería estar. Ahora toca este punto de medio descanso, haciendo Austria, que no tiene un día plano y ya en ninguna carrera se va suave. No estoy a tope, he estado bastante parado por una infección de pecho estaré al 70 por ciento. Luego a recuperar el cuerpo y a tope para la Vuelta, disfrutando antes un poco de casa".
En cuanto a lo visto hasta ahora en la carrera más importante del mundo, "va a estar interesante. La gente se tiene que mover. Tadej y UAE están muy potentes y habrá que ver cómo son capaces de gestionar esa fuerza. Vingegaard solo está a 50 segundos y es un Tour explosivo y superinteresante. Creo que Pogacar tiene que pagar la fatiga del Giro, ha empezado muy fuerte sin sacar grandes diferencias, y según vaya pasando los días sus rivales van a estar a su nivel. La última semana es increíblemente dura, no recuerdo nada semejante y lo puede pagar".
Y por lo que a los corredores de casa, con Lazkano brillando para Movistar en la subida al Galibier, "nuestro nivel está siendo muy bueno. Que corredores como Oier puedan asomar la cabeza quiere decir que está muy bien de forma".