Gipuzkoa

Oñatiarra con mucha alma de voluntario

Urteaga, recogiendo el premio ‘Pake Leku’ acompañado de su familia.

Colaborador en prensa deportiva de 1971 a 1995; directivo de fútbol del Aloña Mendi e incansable ayudante en infinidad de tareas desarrolladas bajo el paraguas del club oñatiarra; concejal durante ocho años de Deportes, Juventud, Cultura y de la comisión de hermanamientos; impulsor y alma máter de los proyectos solidarios en Argentina que desembocaron en la creación de la ONG Hermansoloña y el ropero solidario; integrante de la organización de la Vuelta Ciclista al País Vasco en los años 2000, 2007 y 2013; miembro muy activo del grupo de misiones de la parroquia (2003-2022), además de aportar su curtida experiencia en Hotz, Acesma, Cáritas, CEAR… José Antonio Urteaga regala su tiempo al voluntariado. Cooperación y compromiso van de la mano en el espíritu de este entregado oñatiarra que ha estrenado el palmarés del premio Pake Leku, con el que la asociación de jubilados de Oñati ha querido “destacar el trabajo diario, la trayectoria y valores de quienes colaboran activamente en la comunidad”.

De entre 39 candidaturas, el jurado se decantó por la de un hombre que lleva toda la vida siendo el perejil de muchas salsas en el ámbito social y deportivo, ganándose con creces este reconocimiento público que ha sido muy aplaudido. La entrega de la primera edición del galardón Pake Leku Saria, que visibiliza la aportación de las personas mayores a la sociedad, tuvo lugar el pasado 29 de diciembre.

“¡Ha sido todo un acierto esta elección!”, exclamaban entre el público, mientras el premiado relataba con entusiasmo los episodios de su extensa y altruista trayectoria, repleta también de numerosas anécdotas.

Esta dedicación ha permitido, por ejemplo, mantener vivo durante dos décadas el ropero solidario en el que su mujer, Socorro, estuvo trabajando en primera fila. “Pasamos por distintos locales. En los Agustinos una vez nos quedamos encerrados en el ascensor; llevaba diez años sin usarse”, narró Urteaga. El último, el ubicado en el número 52 de Kale Zaharra, cerró sus puertas en otoño tras varias llamadas al relevo y algún achaque de salud, que obligaron a José Antonio a descargar su rebosante agenda. “En el grupo de misiones de la parroquia sí me han cogido el testigo y estoy muy contento –en alusión a Manu Egaña–. Con el ropero no ha ocurrido lo mismo, pero Hermansoloña no ha desaparecido, sigue en marcha”, recalcó.

amistades y agradecimientos

En todo esto tiempo Urteaga dice haber labrado numerosas amistades y agradece, asimismo, la respuesta que han recibido “siempre del pueblo de Oñati” y de los fieles colaboradores. Una intensa vida que enhebra una historia con nombre de voluntario. En mayúsculas.

04/01/2023