La base de una alimentación sana es una dieta variada y equilibrada. Hay que comer de todo, o de casi todo, con moderación y es importante hacer caso al refrán "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo".
A diferencia de otros países europeos, en España tendemos a retrasar la hora de la cena. Según los expertos, lo ideal sería tomar la última comida del día antes de las 7 de la tarde y si no es posible, procurar hacerla por lo menos tres horas antes de ir a dormir.
Ahora que conocemos el cuándo, debemos tener en cuenta el cuánto y el qué. La cena debe ser ligera, pero a veces nos pasamos y lo pagamos con digestiones complicadas y una mala calidad del sueño. Otras veces el error es no prestar atención a qué comemos y es que hay ciertos productos que si los consumimos a última hora, además de pesadez e insomnio, nos va a proporcionar un extra de calorías que no vamos a poder quemar por la noche.
Alimentos que hay que evitar
Por todo ello, hay determinados alimentos que no deberíamos tomar a partir de las 7 de la tarde si queremos pasar una buena noche, además de cuidar la salud y la línea. Estos son:
1- Lácteos. Salvo el yogur natural, los lácteos son en general difíciles de digerir, por lo que pueden resultar pesados y perjudicar al sueño. En cuanto a los quesos, los ricos en grasas saturadas pueden tardan hasta 5 horas en digerirse, de forma que los frescos se presentan como la mejor opción para la noche. Evita los helados que son una bomba de azúcar llena de calorías que no vas a poder quemar durante la noche.
2- Carnes grasas y embutidos. El cordero, la ternera o el cerdo son difíciles de digerir y pueden provocar pesadez de estómago y dificultar el sueño. Para la noche, mejor optar por carnes blancas como el pollo o el pavo. En cuanto a los embutidos, son ricos en grasa y sal, lo que los convierte en una bomba calórica.
3- Pan y pasta. Al ser ricos en hidratos de carbono que no se van a quemar durante la noche, pueden aportarte un extra de calorías, complicar la digestión y hacer que te despiertes durante la noche. La pizza, ese gran y delicioso recurso para la cena, es rica en carbohidratos y grasas y puede resultar difícil de digerir.
Un plato de macarrones junto a varias rebanadas de pan tostado.
4- Fritos. Los alimentos fritos se pueden pasar horas y horas en el estómago y causarnos acidez o reflujo. Para la noche mejor elegir alimentos horneados o cocinados al vapor.
5- Picantes. Evítalos por la noche ya que son indigestos, elevan la temperatura corporal y dificultan la conciliación del sueño. Para dar sabor a tus platos, elige mejor hierbas aromáticas como perejil, orégano o albahaca.
6- Verduras. La lechuga, el repollo o la col rizada son verduras de hoja verde difíciles de digerir, se asimilan despacio y pueden causar hinchazón y un sueño intranquilo. Por su parte, el maíz, las patatas o la calabaza no son recomendables para la noche por ser muy calóricos.
7- Fruta. Las frutas ricas en carbohidratos y calorías, como el plátano o los frutos secos, debes tomarlos durante el día y reservar para la noche las frutas más ligeras. Ten cuidado con los cítricos que tomados en la cena te pueden provocar ardor de estómago.
Cesto con frutas frescas.
8- Pescado azul. Deja los pescados azules como el salmón o la caballa para el día y toma por la noche pescado blanco como la merluza o el bacalao, más fáciles de digerir.
9- Chocolate. Contiene estimulantes que pueden provocar insomnio y si lo tomas en su versión con leche, tiene mucha grasa y puede sobercargar el hígado. Consumido en pequeñas cantidades y puro, sin azúcares añadidos, no hay problema.
10- Café. Es obvio que por su alto contenido en cafeína nunca debe tomarse más allá de las cinco de la tarde y, en caso de que se haga, debe ser siempre descafeinado.
11- Refrescos. Aportan muchos azúcares simples y calorías vacías de nutrientes. Si los tomas con cafeína, pueden afectarte al sueño y provocarte insomnio.
Ahora ya lo ves, hay alimentos que van a resultar más o menos saludables según cuándo los tomes. Incluir en la cena carbohidratos o dulces, que en otro momento del día te proporcionarían la energía necesaria para la actividad diaria, pueden aportarte un extra de calorías que no necesitas para irte a dormir.