Cuarenta años en activo y catorce millones de clientes satisfechos en medio mundo componen la mejor carta de presentación a la que puede aspirar un coche. Son las credenciales del Corsa, el popular compacto con el que Opel ha contribuido a desarrollar y democratizar el automóvil. Eternamente joven, el veterano modelo es, además, testigo directo y asiduo protagonista de la vertiginosa progresión tecnológica y formal que los vehículos vienen experimentando en los últimos tiempos. Han transcurrido cuatro décadas, pero es como si la historia acabara de comenzar.
El primer ejemplar del Opel Corsa asomó el 20 de agosto de 1982 por la cadena de producción de la factoría de Figueruelas. Apenas dos años antes, General Motors, entonces propietaria de la marca alemana, había elegido ese municipio zaragozano cercano a la capital para instalar una moderna planta. La multinacional norteamericana pensaba destinarla a producir un innovador modelo de tamaño escueto y vocación popular. Cuatro décadas de perspectiva obligan a reconocer que aquellos objetivos iniciales se han cumplido con creces: el Corsa forma parte, por derecho propio, de la pequeña historia del automóvil y también de la biografía de millones de personas.
Media vida, mucho color y un abismo tecnológico separan al descendiente contemporáneo de aquel modelo primigenio. La evolución se hace evidente al contemplar la imagen inaugural, que inmortalizó en blanco y negro a operarios y directivos escoltando orgullosos aquel prodigio de la industria de la época. Probablemente ninguno de ellos se atrevió a imaginar entonces que un día sus nietos verían un Corsa capaz de reconocer la carretera, de dialogar con quien lo maneja e incluso de frenar por sí mismo si es menester.
Hace cuarenta años, la versión más asequible costaba 450.700 pesetas. Convertidas a la divisa actual (2.709 euros) pueden parecer poco dinero, pero esta cantidad equivalía a casi 16 salarios mínimos de la época. Hoy es preciso destinar al menos veinte de esas mensualidades íntegras (el SMI está en 965 euros) para adquirir el actual.
El Corsa de 1982 era todo un cochazo. También lo es el de 2022. El pionero marcó el rumbo para una incipiente categoría de automóviles de tamaño comedido y grandes expectativas. La integraron los compactos que motorizaron a la clase media de finales del siglo XX. Cuando salió al mercado, el innovador candidato de Opel encontró contados rivales: Fiesta, R5, SEAT Fura, Citroën Visa…; un año después salió el Peugeot 205, precediendo al SEAT Ibiza y al Fiat Uno del 84.
Hoy, en cambio, el Corsa disputa la hegemonía del segmento a un batallón de cualificados competidores. Pocas marcas permanecen ausentes de esta categoría, en la que los herederos de los utilitarios de antaño viven una intensa rivalidad. Buscan el favor del público dotándose de recursos tecnológicos que hasta hace nada eran patrimonio exclusivo de los modelos de tamaño y precio muy superiores. Muchos siguen el ejemplo del candidato de Opel al apostar por la electrificación.
El prestigio y las ventas del Corsa obedecen en buena medida a su capacidad para ir incorporando, generación tras generación, esos modernos avances. Los progresos incumben a todos los ámbitos, comenzando por el diseño y siguiendo por las dotaciones de bienestar y seguridad. Por esta vía, las sucesivas entregas del modelo han asumido paulatinamente, hasta hacerlos cotidianos, recursos como el ABS y los airbags, la cámara frontal con indicador de distancia, el sistema de reconocimiento de señales de tráfico y ayuda al mantenimiento de carril, etc. Recientemente, el Corsa ha incorporado la luz matricial adaptativa Intelli-Lux LED sin deslumbramiento, sistema pionero en el segmento.
SEXTA GENERACIÓN CORSA
VALOR SEGURO CON VISIÓN DE FUTURO
Corsa F. Presentado en 2019, está mejor preparado que nunca. El pequeño ‘best seller’ se adapta a los nuevos tiempos e incluye en su repertorio la primera versión 100% eléctrica. Opel utiliza un discurso estético moderno y emocional para difundir este automóvil de 4,06 metros, con envase de cinco puertas y capacidad para cinco adultos. El diseño actual sugiere un dinamismo y un aplomo que sus buenos modales se encargan de confirmar. El modelo plantea tres versiones a gasolina (de 75, 100 y 130 CV), una diésel (100 CV) y otra ‘0 emisiones’ denominada Corsa-e (136 CV). Esta variante, que ya genera uno de cada tres pedidos, equipa una batería de 50 kWh y promete hasta 359 km de autonomía. El moderno Opel Corsa dispone de avanzados sistemas de asistencia -es el caso de la Alerta de Colisión Frontal con Frenado de Emergencia Automático y detección de peatones, así como del Control de Velocidad Adaptativo basado en radar-, para propiciar una conducción segura y relajada.
Cronología de un éxito llamado Corsa
El compacto alemán ha prosperado generación tras generación; la sexta propone un superventas global con diseño y tecnología de vanguardia
En su dilatado recorrido vital, el Opel Corsa ha ido impulsando y asumiendo todos los progresos de la automoción. No hay más que dar un repaso a los cinco episodios previos de su vida y confrontarlos con el vigente para constatar los efectos benéficos de la evolución. Esta incumbe tanto o más a los contenidos que a la imagen. Y eso es mucho decir.
Corsa A (1982-1993)
El pionero de la saga mostraba proporciones escuetas (3,62 metros de largo) y líneas bien definidas. Imitaba los anchos pasos de rueda de los coches de rally y destacaba por un diseño muy aerodinámico para la época. A su carrocería de tres puertas sumó en el 85 la de cinco, además de otro sedan de cuatro puertas y un formato TR con dos accesos y maletero independiente. Al principio Opel optó por motorizaciones gasolina de 45 y 55 CV, a las que fue añadiendo otras superiores como la estelar GSi de 100. En 1987 incorporó bloques diésel, primero uno atmosférico de 50 CV y luego otro turboalimentado con 67. El Corsa A, que renovó su aspecto en el 90, vendió 3,1 millones de ejemplares.
Corsa B (1993-2000)
Opel encargó a Hideo Kodama diseñar un segundo Corsa. Lo ideó más redondo y suave, reconocible por sus faros en forma de ‘platillo volante’. Tenía diez centímetros más de largo y mayor espacio interior. El modelo dio un paso adelante en materia de seguridad siendo el pionero de la categoría en incorporar frenos ABS, protección contra impactos laterales y airbags delanteros. En ciertos mercados ofreció variantes familiar y pick-up. Dotó a sus motores de gasolina de tecnología de inyección de combustible y de catalizadores. La versión GSi ofrecía 16 válvulas y el diésel turbo. Esta entrega matriculó más de cuatro millones de unidades en todo el mundo bajo distintas marcas (Opel, Chevrolet y Vauxhall).
Corsa C (2000-2006)
”Lo que funciona no se cambia”, debieron pensar en Opel antes de encargar al mismo diseñador japonés la reedición del utilitario. Kodama compaginó el continuismo estético con un aumento de tamaño. Ensanchó el modelo y lo estiró diez centímetros, parte de los cuales ampliaron la distancia entre ejes. Esas nuevas proporciones depararon una habitabilidad superior. La gama prescindió del formato familiar y ofreció en algunos mercados una variante pick up. Con el objetivo de cumplir los límites de emisiones fijados por la norma Euro 4 de la época, adoptó motores de gasolina Ecotec multiválvulas (58 a 125 CV) y turbodiésel de inyección directa (65 a 101 CV), que garantizaban potencia, contención en el consumo de combustible y, por tanto, menos dióxido de carbono. El Corsa C se ensambló en Alemania, España, Sudáfrica, Argentina, Brasil, Ecuador y Egipto; convenció a 2,5 millones de clientes.
Corsa D (2006-2014)
El nuevo replanteamiento estético comportó distintos enfoques para la carrocería de tres puertas, más juvenil y deportiva, y la de cinco, más familiar y polivalente. El Corsa D creció hasta rozar los cuatro metros (3.999 mm). Incorporó la tecnología ecoFLEX, con sistemas Start/Stop de ahorro de combustible y motores más eficientes. Tenía una variante gasolina de tres cilindros (1.0 de 60 CV) y tres diésel CDTI de cuatro (75, 90 y 110 CV); la 1.3 a gasóleo homologaba 3,3 litros de gasto y 88 g/km de CO₂. La gama se completaba con otra propuesta a gasoil (125 CV) y varias de gasolina (85, 100 y 150 CV). En esta generación debuta la interpretación deportiva OPC, disponible primero con 190 CV y luego en versión de 210 CV. La cuarta entrega del Corsa colocó en el mundo más de 2,9 millones de ejemplares.
Corsa E (2014-2019)
Esta entrega asiste al cambio en los cánones estéticos y en las pautas de consumo en el ámbito del automóvil, que conceden protagonismo a las propuestas de inspiración SUV. Así que la apuesta por un estilo dinámico, práctico y distinguido de esta remesa no cosechó el éxito de las precedentes; con todo, vendió cerca de 1,3 millones de unidades. El leve estirón permitió superar los cuatro metros (4,02 m), acrecentando el confort a bordo. Este Corsa ofertaba recursos hasta entonces reservados a modelos de superior categoría: volante calefactable, climatizador automático, calefacción en los asientos, cámara frontal con indicador de distancia, reconocimiento de señales de tráfico, ayuda al mantenimiento de carril, etc. Proponía también sistemas de conectividad y de información y entretenimiento, acompañados de pantalla táctil a color de siete pulgadas. Su oferta motriz comenzó a apostar más por la gasolina que por el gasóleo.