La Audiencia de Gipuzkoa ha declarado en rebeldía al joven argelino acusado de la muerte del menor donostiarra Santiago Coca, que permanece huido de la justicia desde octubre y contra el que también se ha emitido una orden europea de detención tras haber agotado "todas las vías para la averiguación" de su paradero. Esta orden europea de detención se une a la enviada la semana pasada a la Ertzaintza, Policía Nacional y Guardia Foral ante la proximidad del juicio con jurado previsto para el mes de marzo.
Asimismo, el magistrado encargado del caso ha declarado al fugado en situación de rebeldía, con lo que la causa en su contra quedará suspendida hasta que el fugitivo "se presente o sea hallado". No obstante, según han informado a la agencia EFE fuentes del caso, por el momento los trámites para el inicio de la vista oral por la muerte de Santiago Coca continúan su curso respecto a los otros cinco encausados: un joven marroquí, tres de origen rumano y un español. Cada uno de los seis acusados se enfrenta a una petición de veinte años de cárcel tanto por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa como de la acusación particular, que ejerce la familia de la víctima.
El Ayuntamiento de Donostia, personado en la causa como acción popular, reclama quince años de prisión para cinco de los procesados, si bien eleva hasta los veinte años su solicitud para el joven ahora fugado, a quien atribuye haber propinado a Coca, de 17 años, la "última y brutal patada en la cabeza" cuando ya había perdido el conocimiento.
Los hechos sucedieron sobre las 5:00 horas del 26 de abril de 2019, "en el seno de una discusión" que tuvo lugar en la calle Ijentea, a la altura de la salida de emergencia de una céntrica discoteca donostiarra. En este contexto, los procesados presuntamente propinaron a Santi Coca, de 17 años, reiterados puñetazos en la cabeza hasta que quedó tumbado inconsciente en el suelo, donde continuaron la agresión con patadas a pesar de los esfuerzos del hermano de la víctima y uno de sus amigos por protegerlo.
Santi Coca ingresó en el Hospital Donostia a las 5:16 en parada cardiorrespiratoria, de la que fue "reanimado cardiopulmonarmente durante 40 minutos" tras lo que se desveló la existencia de una hemorragia cerebral de la que falleció dos días más tarde, el 28 de abril.