Por fin llegó la equidad y el sentido común al palco. Yo propondría a Ganuza Senosiáin para que se ponga la corbata todos los días y tome asiento a la izquierda del de la chistera. El tema no es tan difícil: si hay mayoría clara, oreja; y si la petición de la segunda tiene menos pañuelos, pues no hay otra oreja.
Los ejemplares corridos de La Zorrera galoparon por la mañana a ritmo de Estopa y por la tarde los lidiados en 5º, sobre todo, 6º y, también en tercer lugar (a saber, Hábil, Llorón y Arquero) elevaron la nota de la dura y complicada corrida hasta dar una oreja a Colombo, venezolano debutante en estos pagos, al compás más romántico de Nino Bravo.
Juan Leal, muy bien vestido con un terno muy propio verde Pamplona y oro, y Román Collado se justificaron. Incluso, Collado fue un tanto ninguneado tras cuajar meritorias y largas tandas por ambos pitones a ‘Hábil’, un quinto que, tras cumplir con clase ante las monturas, empujó por abajo con encastada y enrazada movilidad. No hubo suficientes pañuelos: no hubo oreja, que Ganuza hubiera dado si los hubiera. Toro con argumentos para competir con los fuenteymbros y los palmosillas en la libretas del sanedrín de los premios.
Leal, enseguida, se metió en el lío de las cercanía con tanto valor como peligro ante el primer cebadagago, Marismeño, un tío de velas al cielo, pero enseñando los dos facas de categoría hacia adelante. Y mira que es difícil las dos cosas a la vez. Faena con apertura de hinojos. Acorta pronto las distancias y se mete en un órdago muy a la grande ante las cortas acometidas y los gañafones a medio viaje. De rodillas otra vez, circulares, enganchones... Mérito y muchísimo valor. Dos pinchazos previos a una estocada fulminante rebajaron el reconocimiento a saludos desde el tercio. Parecido balance de Leal y el primer negro, un tercero de nombre Peluquín. Veletico él y con correa, pero echando la cara arriba en deslucidos derrotes. Interés por la dificultad, más huero de opciones. Además, dificultades para muñecas templadas y menos para el parón en la cara. Asunto deslucido, menos valorado aún con las viandas a dos manos. Pinchazo y estocada, estertor de casta antigua en el amago de cogida al de Árles. Cumplidor y eficaz Juan Leal ante un lote muy complicado.
Vareado y nervioso de salida el segundo, Cepillito. Bien Román, galleando por chicuelinas y colocando al toro en media distancia. Puyazos medidos. Valiente y eficaz Pablo Simón con los palos. Faena asentada de Román ante un toro pronto, pero con falta de uno o dos trancos y elevando arriba su picante. Lo artístico, con pocas posibilidades. Martinetes y de pecho enganchados. Collado a la altura de un asunto serio. Sin música. Manoletinas y desplante. Digno. Buena estocada, aunque con desarme. Saludos. Junto con el acople del ninguneado Luque, Román cuajó las tandas más importantes de la feria al encastado Hábil. Pudo merecer más que una vuelta al ruedo.
Colombo debutó con argumentos preclaros: Arponazos balleneros en banderolas, espectaculares y precisos, y guiños y hasta el reto con la solanera. Al cierraplaza, a menos, le aplicó una puesta en escena preconcebida, espadazo y oreja para abrochar una tarde con interés. Interesante cebadas y justo balance de una oreja.