Este lunes, el mismo día en que el lehendakari Pradales cruzaba la muga para reunirse con el presidente de la mancomunidad de Iparralde, el PNV celebraba también al otro lado del Bidasoa una jornada cargada de simbolismo. Los jeltzales han decidido organizar la reunión semanal del Euzkadi Buru Batzar en Donibane Lohizune, porque este lunes se cumple el 88º aniversario de la jura del lehendakari Aguirre y la constitución del primer Gobierno vasco, y el PNV quiso visitar la tumba del jeltzale en compañía del lehendakari Pradales para rendir tributo a su figura. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, aprovechó ese contexto solemne para ratificar el compromiso del PNV con dos principios que reivindica el partido desde su fundación, “la defensa de la democracia y la libertad”, y “la defensa del autogobierno de Euskadi”. En ese último punto, apostó por un nuevo estatus o un nuevo Estatuto que “respete las decisiones” de la ciudadanía vasca. Este alegato recobra su actualidad en puertas de que Ortuzar inicie una ronda de contactos con los partidos vascos, en las próximas semanas, para sondear las opciones de ampliar el autogobierno.
En sus breves declaraciones con motivo de la visita y sin hacer referencia al proceso interno de renovación del PNV, Ortuzar puso en valor que el 7 de octubre es una fecha marcada en rojo en la historia vasca porque, en 1936, en una Gernika “sitiada por la guerra”, tomó posesión el lehendakari Aguirre. Él y su gobierno mantuvieron “durante la guerra y en el exilio” la defensa de la democracia y la defensa del autogobierno en Euskadi. Por ello, el PNV pretendía rendir homenaje a todas las generaciones que mantuvieron viva la llama de Euskadi en esas décadas de represión, y manifestó el compromiso “de un nuevo lehendakari y del EBB con la democracia y la libertad y con el autogobierno vasco”.
En cuanto al autogobierno, repitió que, en primer lugar, habrá que cerrar y cumplir el Estatuto de Gernika vigente, del que aún faltan por llegar 29 transferencias. Pero también apostó por alzar la mirada más allá, mirar al futuro y “sentar las bases de un nuevo autogobierno” que ensanche y fortalezca las capacidades del pueblo vasco y, “sobre todo, que responda a los deseos de la sociedad vasca actual y respete sus decisiones”. “Esa es una de las condiciones importantes para pensar en el nuevo Estatuto, en el nuevo estatus de autogobierno para Euskadi”, concluyó.
Ortuzar y Etxeleku, con otros integrantes del EBB del PNV, acompañados por el lehendakari Pradales
El PNV aspira a que el nuevo estatus de Euskadi blinde las competencias vascas, e impida que el Estado las erosione de manera unilateral aprobando legislación básica o mediante la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Quiere también el reconocimiento nacional de Euskadi y salvaguardar su foralidad. El acuerdo de investidura con el presidente español, Pedro Sánchez, compromete al PSOE a negociar sobre estos aspectos, y además puso por escrito que el nuevo pacto que se alcance deberá “responder a las demandas mayoritarias” del Parlamento Vasco. Desde el PSE, los socios del PNV en el Gobierno de Pradales, Eneko Andueza ha tratado de restar profundidad al acuerdo con Sánchez y ha identificado las demandas de los jeltzales con un derecho de autodeterminación con fines independentistas.
Peio Etxeleku defiende una Euskadi unida
Por otro lado, el presidente del Ipar Buru Batzar, Peio Etxeleku, destacó el potente simbolismo de Donibane Lohizune, donde se encuentra la tumba de Aguirre, y apostó por “una Euskadi que una definitivamente a norte y sur”. Puso en valor que para el lehendakari Pradales era importante acercarse a la localidad en el aniversario del primer Gobierno vasco. La jornada fue muy intensa en ese sentido, ya que el PNV escenificó los lazos que existen entre los herrialdes a ambos lados de la muga. A nivel institucional, se produjo el encuentro entre Pradales y el presidente de la mancomunidad de Iparralde, del que salió una línea de trabajo que incluye la renovación del memorando de entendimiento en diciembre. La visita a la sepultura de Aguirre, a la que acudió también el lehendakari, sirvió al PNV de Iparralde para reivindicar una Euskadi unida.