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La devolución de la sede del Gobierno vasco en el exilio a su propietario original, el PNV, es la presa que se resisten a soltar desde la derecha estatal. Y este jueves se ha vivido un nuevo capítulo, precisamente de la mano de Vox, un partido que no ha condenado el régimen de Franco que arrebató este edificio a los jeltzales, y que ha promovido la derogación de las leyes de memoria histórica a nivel autonómico. El presidente de Vox, Santiago Abascal, se ha dirigido por carta en tono de ultimátum al líder del PNV, Andoni Ortuzar, a quien le exige que devuelva en 24 horas el edificio de la Avenida Marceau de París o lo llevará ante los tribunales porque, a su juicio, las instalaciones son patrimonio del Estado. Esta misiva obtuvo una rápida respuesta por parte del presidente del Euzkadi Buru Batzar. Quiso dejar constancia de que no le “apetece” responder a este partido (el PNV lo somete a un cordón sanitario y no suele dar cancha a sus iniciativas), pero optó por contestar y por hacerlo además también en público al igual que Abascal, para desmentir así sus acusaciones con una prolija explicación sobre los orígenes del edificio y que no cale la versión de Vox.
En su carta publicada en la red social X, concluye: “No lo lamento, pero créame cuando le digo que comprendo perfectamente su malestar, su tristeza y su desasosiego ante la pérdida de un edificio, el del número 11 de la Avenida Marceau de París, que sus parientes políticos de la época –los mismos que tuvieron una cómplice participación en el bombardeo de Gernika– nos arrebataron ilegalmente y en nombre del fascismo. Y lo comprendo porque esa misma sensación de malestar, de pérdida y desasosiego la hemos padecido, durante más de 80 años, miles y miles de afiliados y afiliadas de EAJ-PNV. Un sentimiento de vacío, dolor e injusticia que este mes de enero ha mutado en justicia y reparación en el seno de miles de familias vascas que ven, al fin, alcanzada y reconocida la victoria final en su justa causa. Me quedo con nuestra sana alegría, y no con su insano rencor. Por ello, le ahorro las 24 horas de espera. Puede darse usted por contestado”.
Ortuzar recuerda que la compra del edificio se realizó gracias a los 65.000 dólares que envió un vasco de México al tesorero del PNV, y que el envío de ese dinero se produjo en septiembre de 1936, antes de que existiera siquiera el primer Gobierno vasco. Después se convirtió en la sede del gabinete de Aguirre cuando tuvo que partir al destierro en París por el avance de las tropas franquistas. El nazismo ocupó Francia, confiscó la sede, y se la cedió después al régimen de Franco. El Estado francés ratificó por sentencia que el edificio pertenecía al Estado español, pero únicamente lo hizo porque había alcanzado un acuerdo con el régimen de Franco para reconocer el Gobierno de Burgos. Y Ortuzar añade que el Tribunal Supremo español nunca llegó a pronunciarse sobre el fondo del asunto, sino que desestimó las peticiones del PNV por razones de forma. La Ley de Memoria Histórica del Gobierno español de Pedro Sánchez ha tratado de reparar esa injusticia y, a través de un decreto, confirmó que el edificio pertenece al PNV.
El decreto cayó en el Congreso pero, para entonces, la propiedad se había transferido ya al PNV. Ahora, además, se ha aprobado otro decreto para una mayor seguridad jurídica. Vox dice que la cesión de propiedad es ilegal pero que, además, en cualquier caso perdió sus efectos cuando cayó el decreto. Pide que sea restituido al Estado, que utiliza estas instalaciones para el Instituto Cervantes y de ahora en adelante tendrá que pagar un alquiler al PNV.
"Desviado y arbitrario" para Vox
El presidente de Vox, Santiago Abascal, había hecho públicas en sus redes sociales las cartas al PNV, al Gobierno español y al Instituto Cervantes. En la carta que dirige a Andoni Ortuzar, se refiere a él con un protocolario “muy señor mío” pero, a partir de ahí, denuncia que el PNV se ha beneficiado de un acto “ilegítimo, fraudulento, caprichoso, desviado y arbitrario” al haberse cedido la propiedad de “un bien inmueble del Estado y, por tanto, de la nación española”. Se ha querellado contra el Consejo de Ministros por prevaricación y malversación y sostiene que el decreto no fue convalidado y, por tanto, cesan sus efectos. Pide al PNV que devuelva el edificio voluntariamente antes de iniciar acciones legales, y le requiere “el reintegro de la titularidad del inmueble a la Administración General del Estado en el plazo máximo de 24 horas a contar de la recepción de la presente”.
Ortuzar decidió responder a la carta “fértil en mentiras” y “errónea”, e incluso comentó con ironía que aún no le había llegado en papel por correo ordinario porque quizás no había pasado un filtro contra los bulos. Carga contra el ecosistema digital de “barro, odio y mentira” de Vox que ha hecho irrespirable el clima en el Estado “que tanto dice amar”. Sin embargo, opta por responder a su carta, y hacerlo en público, por la responsabilidad que ocupa como líder del PNV, para desmontar sus “falacias”.