La diabetes afecta en Euskadi a uno de cada 10 vascos mayores de 18 años, es decir, unas 200.000 personas. Y en España el índice es algo mayor, con un 13,8% de la población, en torno a 5,3 millones. De hecho, el número de ciudadanos que padecen altas concentraciones de azúcar en la sangre se multiplica. Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra hoy, Osakidetza ha anunciado que extenderá los dispositivos de monitorización continua de glucosa Flash a todos los afectados por diabetes tipo 2 que están en tratamiento con terapias intensivas de insulina. Se trata de un sistema con un sensor en el brazo que, asociado al teléfono móvil, permite al paciente disponer de información pormenorizada sobre los niveles de glucosa en sangre en cada momento pero evitando los pinchazos. En la actualidad, disponen de este tipo de control más de 4.000 vascos con diabetes tipo 1.
Euskadi ha sido la primera comunidad autónoma en financiar este tipo de sistemas para pacientes tipo 1 menores de 18 años.
Actualmente casi un tercio de las personas que viven con diabetes en España no están diagnosticadas. Y cuando esta patología no se detecta o no se trata adecuadamente, puede causar complicaciones graves y potencialmente mortales, como un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular, una insuficiencia renal, una ceguera o la amputación de miembros inferiores.
En la inauguración del congreso de la Asociación guipuzcoana de Diabetes, la consejera vasca de Salud, Gotzone Sagardui, calificó de "auténtica pandemia" la diabetes, que crece también en Euskadi, aunque la repercusión en términos de morbimortalidad por complicaciones "empieza a dar señales de mejora". La consejera recalcó la importancia de la prevención en esta patología, estrechamente ligada a los hábitos de vida. Por lo que subrayó la apuesta de Osakidetza en el fomento de la alimentación saludable y el ejercicio físico. Sagardui destacó los servicios que ofrece la Atención Primaria en materia de prevención, diagnóstico precoz, tratamiento y supervisión, al tiempo que subrayó la labor de las enfermeras educadoras en diabetes para lograr que el paciente autogestione su propia enfermedad.
Y es que la prevención es decisiva. "Un paciente con un buen control de la patología supone 883 euros anuales de gasto al sistema, mientras que el que no está bien controlado puede llegar a suponer un coste de unos 2.133 euros anuales", ejemplifica Juan Francisco Perán, presidente de FEDE, la Federación Española de Diabetes.
A juicio de este especialista, es clave mejorar la financiación de la Atención Primaria y la educación de los pacientes porque, de los 5.800 millones de euros que se destinan en España al cuidado de esta patología, 2.100 millones se dirigen a tratar las complicaciones, unos gastos que se podrían reducir considerablemente si se invirtiese más en tratamientos y en Atención Primaria.