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Osakidetza, una maquinaria de 31.000 personas

Intentando pasar página al peor tsunami sanitario del último siglo, Osakidetza es un potente engranaje que arranca cada día gracias a miles de profesionales. Una máquina vigorosa que, superando retos, muestra poderosas fortalezas
Imagen de archivo de la actividad frenética del Servicio de Urgencias del Hospital Donostia en pleno azote del covid.
Imagen de archivo de la actividad frenética del Servicio de Urgencias del Hospital Donostia en pleno azote del covid. / LOBO ALTUNA

PARECÍA un parte de guerra. Cada día el Gobierno vasco contabilizaba y anunciaba el número de muertes de la jornada pasada, de pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos y de las personas que habían contraído covid, un virus que puso en jaque a la sociedad. El balance estadístico de cuatro años de pandemia es estremecedor. Más de 9.000 fallecidos, un millón de contagios, seis millones de pruebas diagnósticas, 44.000 personas ingresadas en los hospitales, 3.000 de ellas en UCI... El coronavirus ha sido la enfermedad que más ingresos y atenciones ha requerido en las cuatro décadas de historia de Osakidetza, una prueba de fuego que ha dejado tocados todos los sistemas sanitarios.

Y no todo sucedió en aquel fatídico 2020. Por ejemplo, a inicios de 2022, la situación era mucho más que delicada. El 4 de enero se contabilizaron más de 14.000 contagios y la famosa incidencia acumulada en 14 días alcanzó su pico aquel 11 de enero con más de 7.000 casos. Una barbaridad.

Pero el trabajo para contener aquel maremoto estaba en marcha. Fueron Consuelo Landa, de 91 años, en Gasteiz; Bernardina Escudero, de 87, en Gipuzkoa, y Begoña del Olmo, 80 años, en Bizkaia, las mujeres que pusieron cara a la esperanza del final de la pandemia en Euskadi. En una fría mañana de un domingo de diciembre, fueron las elegidas para comenzar un proceso de vacunación que se ha convertido en la mayor campaña de inmunización de toda la historia con cinco millones de vacunas administradas.

Pero derrotar al virus, mientras se luchaba contra el resto de las enfermedades y el ingente día a día sanitario, hubiera sido imposible sin la entrega de más de 31.000 profesionales que han permitido en esta legislatura a la sanidad vasca superar el examen más duro jamás imaginado.

A lo largo de este tiempo, una sola idea ha planeado de forma recurrente; recomponer lo que descolocó la pandemia, optimizando recursos y trabajando codo con codo con las y los profesionales.

Por eso, consolidar puestos de trabajo se ha convertido en casi una obsesión. Justo en febrero, se aprobó una nueva convocatoria con 1.431 plazas estructurales en Osakidetza, con las que alcanzará una plantilla de 32.442 plazas. Los procesos de las Ofertas Públicas de Empleo actualmente en ejecución suponen la estabilización de más de 11.000 puestos de trabajo, un tercio de la plantilla.

Falta de médicos

Además, Osakidetza arrancó el año con la intención de cubrir plazas vacantes y dar solución al grave problema de la falta de médicos con la contratación de facultativos extracomunitarios. No en vano, Euskadi ya ha declarado que cuenta con 52 especialidades médicas que son “deficitarias”, es decir, admite que no encuentra personal para cubrir las vacantes por la falta de candidatos. Para ello ha abierto las bolsas para contratar a galenos de fuera de la UE, y para que puedan inscribirse en los procesos de selección.

Desde Salud se reconoce que hay serios problemas para conseguir profesionales en determinadas especialidades médicas, como la pediatría de Primaria, porque no hay doctores a los que contratar. Esto conlleva un impacto muy importante en la Atención Primaria y en Urgencias y Emergencias porque todas se nutren de especialidades en Medicina de Familia. Un problema que viene derivado de que hace 10 o 15 años, el Gobierno de Madrid no amplió las plazas de formación y plazas MIR para dar respuesta a la gran cantidad de jubilaciones. Un dato: más de 1.200 facultativos colgarán la bata en Euskadi en los próximos dos años.

Sin hacer oídos sordos a los ámbitos necesitados de reforma y mejora, desde el Ejecutivo de Gasteiz no se comparten los relatos que presentan la sanidad vasca con un balance catastrófico. Frente a discursos tremendistas y acusaciones de desmantelamiento, Osakidetza contrapone este argumentario con cifras. Así, desde que se inició la legislatura, el presupuesto del Departamento de Salud ha aumentado en 932 millones, pasando de los 3.964 millones del año 2020 a los 4.896 millones en 2024. Y el gasto en salud per cápita alcanza cifras de récord ya que Euskadi es la segunda comunidad que más invierte del Estado con 2.229 euros por habitante.

Listas de espera

Plenamente conscientes de que esperar un día menos marca la diferencia a la hora de tratar a una persona, se están recuperando las cifras previas a la pandemia. Así, antes de la crisis sanitaria, la lista de espera quirúrgica se situaba, de media en 50 días. Pero el 31 de agosto de 2022, alcanzamos los 85 días. Hasta octubre del año pasado, Osakidetza no alcanzó su plena operatividad libre de la carga del covid, y a día de hoy la lista está por debajo de los 60 días de media. El decreto de garantía establece que la demora debe estar por debajo de ese tiempo.

El decreto también fija en 90 días la espera para cirugías cardiacas y 30 para oncológicas. Según Salud, solo hay unas pocas personas que superen esos días; y la razón son otras circunstancias de su salud que han impedido las intervenciones, que están siendo revisadas caso a caso. “Y los datos seguirán mejorando. Esto no se consigue con un sistema que no funcione bien, que se esté desmantelando o que esté recortando servicios y recursos. Estamos en un periodo de tránsito”, ha sido el dictado repetido en las últimas fechas. Todo ello, siempre con un solo objetivo, que Osakidetza siga siendo un sistema de salud público de referencia, cercano y de máxima calidad para que el usuario que entre por la puerta sienta que está recibiendo la mejor atención posible.

Un logro colectivo, el de toda la sociedad vasca, que el año pasado se centró en la planificación estratégica, alumbrando importantes normas como la ley de Salud Pública, el Plan de Salud, el Plan Estratégico de Osakidetza, la renovación del Plan Estratégico de Atención Primaria, un nuevo Plan de Adicciones, una nueva Estrategia de Salud Mental o un nuevo Plan de Seguridad del Paciente, o de Cuidados Paliativos, entre otros.

La inversión en equipamientos avanza también a destajo con 137 millones de euros, porque se están diseñando las infraestructuras destinadas a cubrir las necesidades de las próximas cuatro décadas. No hay que olvidar que en 2023, Osakidetza cumplió 40 años. ¡Qué lejos el actual de aquel servicio que se creó en 1983 con solo un hospital por cada territorio y 10 ambulatorios!

Las claves

Grandes obras en Basurto, Galdakao y Donostia

Este año se inician grandes intervenciones en tres hospitales. Se prevén tres nuevos edificios de consultas externas, ubicados en Galdakao, Basurto y Donostia, que permitirán ampliar el espacio para asistencia ambulatoria e incorporar perfiles profesionales y pruebas de alta resolución.

Protonterapia revolución contra el cáncer

Salud ha convocado el concurso para construir el edificio que albergará la nueva Unidad de Protonterapia para el cáncer. Lakua invertirá en la construcción 60 millones de euros y está previsto que las obras culminen en dos años. Una apuesta por una tecnología sanitaria de vanguardia que acogerá uno de los diez aceleradores donados por la fundación Amancio Ortega, valorado en 28 millones.

Hitos de los facultativos en geriatría a Farmabide

Los hitos se han sucedido esta legislatura con la incorporación de personal facultativo de Geriatría en 2021, o el nuevo edificio de servicios en el hospital de Araba. En 2022 se puso en marcha Farmabide, la nueva prestación farmacéutica para residencias.

2024-04-11T06:01:11+02:00
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