Osasuna

Osasuna-Celta, el análisis | ¿Qué sabéis hacer con la pelota?

No creo que Osasuna jugara mal, fue el Celta el que se defendió bien
Abde, a la carrera, dispuesto a domesticar la pelota.

En el minuto 76 Arrasate retiró del campo a Chimy y Abde: el plan de Carvalhal había funcionado. El Celta encaró el encuentro desde el respeto que se ha ganado Osasuna, o sea, adaptando su planteamiento a las prestaciones de los rojillos, dedicando una especial atención a sus elementos más desequilibrantes. Me parece importante subrayar este detalle porque da una idea de cómo se valora a Osasuna, esta vez por un contrincante que no es un equipo menor pese a los altibajos de esta temporada. Durante una hora, el Celta se pertrechó en su campo, con las líneas muy juntas, renunciando a una presión alta y regalando el balón a su rival, que logró una posesión del 73% en la primera parte. Era un desafío claro: ¿a ver qué sabéis hacer con la pelota? Porque parece que, históricamente, Osasuna ha jugado al fútbol con el músculo, el corazón y los pulmones, pero muy poco con los pies.

Era aquella táctica del acordeón: todo el equipo ataca, todo el equipo defiende. Osasuna aceptó ayer el reto, entre otras cosas porque no le dejaban otra alternativa, pero también por convicción. Y porque tiene recursos humanos para ponerlo en práctica. A veces llama la atención ver a Osasuna realizar tantos pases escrutando el terreno, calmar su ímpetu natural para actuar con paciencia, llevar el balón de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, fallar un pase y en dos segundos volver a recuperar la bola. No creo que Osasuna jugara mal, fue el Celta el que se defendió bien. Aimar Oroz se infiltró entre líneas, como un reclamo constante para recibir los pases de Moi Gómez; salía del cercó con esa elegancia de junco mecido por el viento, trataba de desmontar el sistema de seguridad tirando de ingenio, pero el área del Celta era terreno prohibido. Cualquier debate sobre el estilo, si el clásico era más eficaz y este más moderno cuesta más elaborarlo, los pros y los contras, pasan por la presencia de estos dos futbolistas (Moi y Aimar) en el campo. El uno y el otro no entienden el fútbol sin el balón.

Pero ayer hubo otro partido sin protagonismo de la pelota, recuperando los marcajes hombre a hombre como cuando las tácticas de los entrenadores comenzaban por los emparejamientos en el campo. Aquí el esférico era lo de menos. Me refiero al cuerpo a cuerpo de Hugo Mallo con Abde y de Javi Galán con Chimy. Cortar esas dos vías era fundamental para el Celta porque anulaba la otra alternativa de Osasuna, la de atacar por las bandas. El marroquí volvió a dejar regates para el recuerdo, sembrando la expectación en la grada cada vez que encara, pero fue de más a menos, fruto del cansancio, de la exigencia y de los golpes. En cuanto al argentino, sus tics de agresividad no sacaron del partido a su marcador.

Esa fidelidad de Osasuna a la pelota la alimentó hasta el último minuto, con más banda con Barja, más recuperaciones de Torró. Toque, toque y toque. Y lo que parecía no solucionarlo el pie casi lo solventa con la cabeza Pablo Ibáñez.

Le escuché este fin de semana decir a Quique Setién, entrenador del Villarreal, que “la diferencia entre ganar y perder la marca el estado de ánimo”. Y los goles, amigo, los goles.

Confidencial

Mendes echa el lazo a Abde. La agencia Integral Advising Football, SL, liderada por el exfutbolista Javier Garrido, representa a Abde. Es una empresa pequeña, con unos pocos jugadores (todos muy jóvenes) y con Lee Kang-in como segundo gancho. Desde hace unos meses, recibe el ‘asesoramiento’ del conocido agente Jorge Mendes, que está moviendo en el mercado al extremo osasunista.

Imágenes del Osasuna-Celta Oskar Montero

08/03/2023