Ocultado por la importancia del partido de Copa, el último encuentro de Liga en Sevilla, la gran victoria en el Sánchez Pizjuán (2-3) se quedó congelada, bonita allí, pero con ese valor suplementario que, como siempre que se sacan puntos fuera, ilusiona todavía más cuando la siguiente cita es en casa. Mientras llega la Copa, la Liga es lo que va mantener a Osasuna en forma y con posibilidad de mejora, con todo el personal activado y con futbolistas buscando afinar su estado de forma para esos días exigentes que vienen. El partido de esta noche tiene este indudable atractivo de consolidar al equipo rojillo en la antesala de la zona alta, con opciones intactas de hacer algo que se vea también en el campeonato regular.
Con muchos futbolistas llamando a la titularidad y con la moral por las nubes de todo el mundo, Osasuna se presenta de nuevo en su estadio en una programación infame –lunes a las 21.00– y ante un rival difícil que está subiendo en la clasificación. Lo peor que le puede pasar al equipo de Arrasate, que ayer advirtió de que en esa tarea anda, es no controlar los efectos del subidón tras la Copa, de la emoción a toda pastilla escalando por el pecho y nublando la vista. Por esto, Osasuna afronta esta noche también una prueba de madurez, de estabilidad como grupo, de progreso como plantilla capaz de sostener varios retos sin perder la cabeza, la compostura y la concentración según la cita que toca.
El técnico rojillo tiene a casi todo el mundo en condiciones, salvo el lesionado de todo el año, Rubén Peña, y Rubén García, con una lesión nueva en la cadera que le aparta por lo menos de este encuentro –el centrocampista está teniendo muy mala suerte con las lesiones y es una baja considerable porque desde su rol saliendo del banquillo le está dando mucho al equipo–. Arrasate puede hacer lo que quiera, desde tirar por una alineación clásica en la Liga, con los más habituales del curso, hasta dar entrada a esos nuevos jugadores que se lo han ganado. Hasta el partido de vuelta de las semifinales de la Copa –cuatro encuentros de Liga de por medio–, va a haber tiempo y apariciones para casi todos. Sin ir más lejos, Nacho Vidal ya ha comenzado a entrar en las convocatorias y se encuentra en las jornadas previas al retorno, a la disputa de sus primeros minutos desde el año pasado.
El Celta quiere alargar su buen momento de juego con un nuevo triunfo que le permita distanciarse aún más de la zona de descenso. El conjunto gallego ha sumado diez de los últimos quince puntos en juego y mantener la línea de regularidad sería más que suficiente para certificar que se están haciendo las cosas bien.
Con los mismos jugadores disponibles que ante el Valladolid al mantener las bajas de Mingueza y Renato Tapia, el portugués Carlos Carvalhal podría repetir once de manera consecutiva por primera vez desde su llegada a Vigo. La referencia en ataque sigue siendo Aspas, pero la agitación es el chaval, Gabri Veiga, un nuevo fenómeno de la Liga.
Los datos
Dos bajas. Rubén Peña y Rubén García son las dos bajas de Osasuna para el encuentro de esta noche. El central del Promesas Jorge Herrando ha sido citado al igual que el tercer portero, Pablo Valencia.
La clasificación. Osasuna tiene 33 puntos, supera en seis a su rival de esta noche. Los rojillos están muy cerca de firmar el primer objetivo de la permanencia.
Estadística de dulce. Los números favorecen a los rojillos ya que Osasuna no pierde en casa frente al Celta desde la temporada 2013-14.
Homenaje a Iribar. Osasuna se ha sumado al homenaje a Iribar por su 80 cumpleaños y sus porteros vestirán esta noche de negro. Aitor Fernández, el meta titular, será el encargado de lucir la elástica en el once.