Osasuna cierra esta tarde el círculo con la exitosa temporada pasada protagonizada por los pupilos de Jagoba Arrasate con la histórica disputa de la semifinal de la Supercopa de España ante el Barcelona (20.00 horas/ 'Movistar') en un encuentro en el que tanto la presión como el papel de favorito recae sobre el conjunto dirigido por Xavi Hernández, que últimamente lidia con el foco de la crítica al no atravesar por su mejor momento de la temporada en cuanto a resultados y a sensaciones se refiere, y discutido por la idea de juego y del estilo del equipo, una cuestión innegociable en la historia de la entidad catalana, que desde la llegada de Johan Cruyff buscó la excelencia a través del balón, teoría que rozó la excelencia con Pep Guardiola en el banquillo.
En cualquier caso, y pese a que las apuestas estén en favor del conjunto catalán, lo cierto es que Osasuna afronta la competición con la liberación de haber hecho los deberes en este inicio de año con las victorias en Liga ante el Almería, y en Copa del Rey ante el Castellón, sin presión ninguna, y con la experiencia adquirida por las competiciones disputadas en los últimos meses. Hace medio año, un 'inexperto' conjunto rojillo acababa de caer en la final de Copa del Rey ante el Real Madrid en La Cartuja, en un estadio que albergó a más de 20.000 aficionados rojillos que vivieron una fiesta en sus gradas en un evento que desató una ilusión que abrigó a toda Navarra entera y que hacía tiempo que no desprendía el equipo, a pesar de que el proyecto de Arrasate comenzó cociéndose de la mejor manera posible con el ascenso a Primera División y el regreso del club dos temporadas después a la máxima categoría del fútbol nacional. Poco a poco, el equipo fue consiguiendo permanencias holgadas en la categoría –cierto es que en la temporada 2020-2021 el equipo pasó más de un apuro en algún tramo de la competición– hasta tocar el techo el pasado ejercicio. Una soberbia temporada en la que el gol de Pablo Ibáñez en San Mamés le daba a Osasuna el billete para la mencionada final copera como para la disputa de la Supercopa por primera vez en la historia rojilla.
Pero ahí no terminó la idílica campaña, ya que pocas semanas después la entidad navarra ponía el broche de oro a la temporada con la consecución de la séptima plaza que le daba el billete –que tuvo que luchar en los despachos, y mucho– para disputar la ronda previa de la Conference League. Sin embargo, el escenario de ahora es diferente y la ilusión que se palpita en la hinchada, quizás por la distancia a la que se celebra la competición –más de 6.000 kilómetros de distancia separan el estadio Al-Awaal con El Sadar– ha decaído y el ambiente en el que se recibe la competición es diferente.
No ocurre así en la plantilla, consciente del reto superlativo que afronta en estos días, como así lo reflejaron tanto Jagoba Arrasate como David García en la rueda de prensa previa que ofrecieron antes de realizar el último entrenamiento, ya en tierras arábicas. Y lo cierto, a efectos de la propia competición, es que Osasuna se encuentra a dos partidos de poder levantar un título. Pero para ello los rojillos deberán doblegar y superar al vigente campeón, que además de defender el título tiene en la Supercopa una competición marcada en rojo como vía de ingresos y levantar la copa es un objeto de deseo conocido por parte del club, ya que en la temporada pasada les supuso un cambio de chip que también querrán encontrar en esta ocasión ya que, a la vuelta, deberán reducir esa distancia de siete puntos que tienen con Real Madrid y Girona, los dos equipos que comandan la tabla y que se encuentran por delante del Barça. Siete, precisamente, es la distancia que en este caso deberá mantener y tratar de aumentar Osasuna con los puestos de descenso a Segunda División.
Siguen pendientes de Unai
Con la competición liguera aparcada hasta el próximo fin de semana, Osasuna continúa su particular maratón de partidos. A los ingredientes que pedía Jagoba Arrasate para afrontar este tramo de temporada, principalmente cabeza y piernas, se le añade ahora ese aura de las grandes citas y la ilusión por alargar la estancia en Arabia Saudí pasa por mostrar la mejor cara de los rojillos, que nada tienen que perder.
Es por ello que se intuye que el preparador de Berriatua no se guardará ninguna carta y pondrá sobre el césped del Al-Awaal de Riad el que considere el mejor equipo posible. A la conocida baja del Chimy Ávila, que continúa con su proceso de recuperación en Tajonar de las molestias en el sóleo, la única duda es la presencia de Unai García, que ayer en la parte abierta de la sesión que ofreció la RFEF comenzó a ejercitarse al margen. Arriba, Ante Budimir aspira a ser la gran amenaza ofensiva ante un Barcelona que también afronta el partido con bajas. A las ya conocidas de Ter Stegen y Gavi, se les unió Iñigo Martínez, que ha viajado con la expedición pero no jugará esta tarde, por lo que las dudas son las de João Cancelo, que tiene muy complicado estar en esta semifinal, y la de Pedri, con el canario siendo el que deja más optimista a Xavi tras entrenar ya con el grupo.