Osasuna busca una victoria quizá con más necesidad que en otras ocasiones de esta temporada porque el último triunfo se queda en el recuerdo, a un mes vista, y resulta obligatoria cambiar esta marcha. El trabajo bien hecho con antelación ha hecho que el equipo de Arrasate no haya notado en exceso esta desaceleración en su ritmo –un punto de los últimos doce posibles, los correspondientes a los encuentros con los cuatro primeros–, pero asumida esta realidad no queda otra que reaccionar ya. Osasuna, además, tiene una deuda pendiente con El Sadar que debería ir saldando por indudable agradecimiento a sus aficionados, pero también por puro egoísmo y ejecución del manual de supervivencia. Los rojillos solo han ganado esta temporada un encuentro como locales y esto, si no se quiere perder algo de la esencia de este equipo –que El Sadar sea un infierno– no se debe tolerar más.
A Osasuna se le acumula trabajo esta noche porque debe cambiar para terminar con esta última mala racha de resultados, tiene que recuperarse de una vez como local y también cortar con la falta de acierto que le hace no ver puerta desde hace más de un mes. A Arrasate y sus hombres se les salen las obligaciones por los bolsillos a pesar de la calma chicha clasificatoria en la que viven. No hay ninguna señal de alarma encendida, pero tampoco hay porqué jugar con fuego. Eso enseña aquí y en todas partes la experiencia.
El entrenador debe organizar el equipo hoy a partir de la ausencia del sancionado Lucas Torró. Al margen de sus condiciones físicas de jugador de poderío en su doble misión para la defensa y ataque, el centrocampista aporta un indudable componente táctico en el conjunto. Futbolista de ancla para que otros anden sueltos, Osasuna tendrá que reemplazar las funciones de este titular habitual probablemente con Oier, o quizás en un híbrido con Moncayola, que también sabe desempeñarse en esa tarea.
Con los cambios de planes que ha introducido la nieve, aún han quedado más escondidos los planes del entrenador que, de todos modos, ya advirtió el sábado que anda dándole vueltas, entre otras cosas, a la carencia de gol. Arrasate fue el que puso sobre el tapete la posibilidad de la reaparición de Ante Budimir desde el principio en la alineación. El delantero croata debe ser un referente en el asunto del gol y pero sus problemas físicos le han relegado a un papel secundario que debería comenzar a voltear una vez recuperado.
El Elche va a ser un rival distinto en cuanto a rango si se compara con los cuatro anteriores, pero llega necesitado de puntos y masticando una crisis que ha llevado al cambio de entrenador. El nuevo técnico, Francisco, no se sentará hoy en el banquillo pero la motivación del cambio de ciclo llegará a los jugadores con o sin él. Osasuna no puede desinflarse.
los datos
Hoy se sabe la lista. Arrasate aplaza hasta horas antes del encuentro la definición de la convocatoria de jugadores. Rober Ibáñez es baja por padecer coronavirus.
Sustituir a Torró. El centrocampista alicantino es baja por acumulación de amonestaciones y Osasuna pierde a su medio centro habitual.
Cinco jornadas sin ganar. La última victoria de los rojillos fue en el campo del Villarreal (1-2), el 17 de octubre.
Solo un triunfo en El Sadar. Osasuna solo ha ganado un partido como local en lo que va de campeonato, fue ante el Rayo Vallecano (1-0).
El Elche viaja hoy. El Elche anunció ayer a través de sus redes sociales que viaja hoy a Pamplona en avión. La expedición ilicitana tiene previsto volar a las 11.00 horas.
La cifra
405
minutos sin marcar
Osasuna no anota un gol desde el 22 de octubre ante el Granada en El Sadar (1-1). El Chimy fue su autor.