Osasuna sufrió una remontada cruel porque el Barcelona, con diez jugadores desde el minuto 30 de partido por la expulsión de Lewandowski, logró el gol de la victoria a cinco minutos del final.
Para el último partido de Liga antes del descanso por el Mundial estuvo esperando en El Sadar una derrota despiadada y amarga, un dolor inmenso para un equipo que fue y se sintió mejor frente a un gran rival y que terminó doblando la rodilla cuando casi no quedaba tiempo para la reacción.
El Barcelona, que se mostró como un buen bloque, con jugadores solidarios y con mucho esfuerzo, ejecutó un partido perfecto en la reanudación, cuando dobló el marcador.
El equipo de Xavi apareció en un par de ocasiones por la portería de Aitor Fernández y sus dos disparos fueron al fondo de la portería. El conjunto blaugrana fue hábil a la hora de gestionar este tiempo con un hombre menos. Se sintió impulsado y reconfortado con el empate a los tres minutos de la reanudación, supo soportar el empuje mediano de Osasuna durante la mayor parte de ese periodo, y en una jugada de pura calidad entre De Jong y Raphinha, el brasileño marcó el gol decisivo en el tramo final del encuentro.
Si en otros partidos Osasuna se mostró efectivo, frente al Barça le faltó esa puntería, también le dio la espalda la fortuna que se requiere ante los grandes rivales, y se quedó corto en el premio en el marcador. En el debe de los rojillos queda el haber sido derrotados por un rival que estuvo jugando más de una hora con diez, pero es el castigo que solo saben imponer los equipos con clase y recursos, con futbolistas con calidad y chispa en los momentos clave. También cuando no se encuentra enfrente mayor determinación.
Antes de que Raphinha derrumbara el castillo y se llevara para Barcelona todos los puntos, el partido había sido vibrante y comenzado muy bien para los rojillos. Osasuna puso la directa muy pronto, a los seis minutos del pitido inicial. Un buen córner ejecutado por Rubén García fue cabeceado por David García con picardía a un costado de la portería. No fue una jugada limpia y, por ello, arrancó ahí el primero de los enredos de la noche. Marcos Alonso estaba entre sujetar a Torró y hacer una pantalla, cuando Unai García se llevó por delante a todo el mundo buscando un sitio para el remate. Por en medio de la melé pasó el balón tocado por David García que, tras revisión en el VAR, fue validado. En la jugada anterior, ya había avisado Osasuna con una doble oportunidad que precisamente había provocado la acción del córner con premio, y antes de que el Barcelona se lanzara a una presión alta y a complicarle la vida a los rojillos, Chimy rozó el segundo gol en una acción por un costado del área en la que un mal control le llevó la lanzar fuera su zapatazo.
El Barcelona estaba llegando a agobiar a Osasuna cuando llegó la acción que casi todo el mundo llegó a tener por decisiva. Lewandowski había aparecido por primera vez en el área para probar a Aitor Fernández con un lanzamiento a media altura que despejó el meta. El polaco, hombre experto, debía estar muy incomodado en El Sadar cuando cometió una falta torpe sobre David García, un choque sin posibilidad de jugar la pelota y vigilando el impacto sobre el rival que no ofrecía discusión acerca de la sanción con la amarilla. El problema del ariete es que venía cargado por otra amonestación y vio la roja. El guion ideal se acababa de escribir en el primer tiempo entre el oportunismo de Osasuna y la torpeza del rival. Al descanso se marchó con el partido muy áspero, con protestas del Barcelona por el gol y la doble amarilla a su estrella y con Piqué expulsado en el túnel de vestuarios como feo colofón a su carrera. Los errores de Osasuna esperaron para la segunda mitad porque no se acabó de respirar la ambición necesaria.
Además, por si había alguna duda, el retorno de los rojillos no fue el correcto porque en tres minutos David García había visto una amarilla y Pedri anotaba después el gol del empate. A la defensa les había comido el terreno Ferrán Torres, reconvertido en 9 ante la expulsión del polaco, que se llevó a los dos centrales y creó un barullo que resolvió con tino el centrocampista. En el festival de tarjetas, Lucas Torró estuvo a punto de ver la segunda –otro momento de exasperación en el banquillo del Barcelona– y ante la proximidad del peligro, Arrasate dio un paso adelante con un cambio ambicioso, dando entrada a Kike García. El aparente ímpetu blaugrana fue entonces contenido por un apreciable juego por la izquierda impulsado por un Chimy abnegado y excelente. El argentino devoró a Balde a base de centros e, incluso, soltó un derechazo de pillo que obligó a una gran intervención a Ter Stegen. No había noticias del Barcelona en el área de Aitor, mientras Kike García apuntaba un par de ocasiones más. Los cambios de Budimir y Barja por Moi Gómez y el Chimy a diez minutos del final mandaban las señales de un Osasuna más decidido, al que congeló el gol de Raphinha tras un gran centro. Osasuna rozó el gol en un par de acciones de Moncayola, la primera de ellas en el primer minuto del descuento rechazada por Nacho Vidal cuando se iba a la red. Osasuna solo se sintió apartado de la victoria cuando ya nada podía hacer. Cuando más duele.
FICHA TÉCNICA
CA OSASUNA: Aitor Fernández; Vidal, Unai García, David García, Cruz; Torró (Kike García, min.59), Moncayola; Rubén García (Rubén Peña, min.75), Oroz (Brasanac, min.74), Moi Gómez (Barja, min.83); y Ávila (Budimir, min.83).
FC BARCELONA: Ter Stegen; Balde, Christensen (Gavi, min.74), Marcos Alonso, Jordi Alba; Pedri (Riad, min.89), Busquets, De Jong; Dembélé (Raphinha, min.78), Lewandowski y Ferran Torres (Ansu Fati, min.78).
GOLES
- 1-0, minuto 6. David García.
- 1-1, minuto 48. Pedri.
- 1-2, minuto 85. Raphinha.
ÁRBITRO: Gil Manzano (C. Extremeño). Amonestó a Juan Cruz (min.45+3), David García (min.46), Torró (min.54), Moncayola (min.61), por Osasuna, y a Jordi Alba (min.37), Xavi Hernández (min.57), Balde (min.66), por el FC Barcelona. Expulsó por doble amonestación a Lewandowski en el minuto 31 y a Gerard Piqué durante el descanso.
ESTADIO: El Sadar.