Osasuna elimina al CD Fuentes

Osasuna cumplió con la única misión requerida para el debut en la Copa y superó con comodidad la eliminatoria ante el CD Fuentes, un rival de la Regional aragonesa. Se trataba de certificar el abismo entre las categorías y pese al desarreglo del primer tiempo, en el que los hombres de Arrasate hicieron ocasiones como para golear y por contra se encontraron un gol del rival en su único disparo entre los tres palos, los rojillos dejaron las cosas en su sitio y se marchan de vacaciones con los deberes hechos en esta toma de contacto con el torneo. El encuentro ante el Fuentes no puede ser entendido de otro modo que como el cruce de los grandes con los pequeños y el tono festivo que se quiere entregar a la comparecencia de los equipos de Primera en los terrenos de los de categorías incluso regionales. Es prácticamente imposible que exista premio para los débiles ni a un solo round y el equipo navarro, en lo que le correspondía, se encargó de ello.

Fue un partido en el que Osasuna estuvo montado en la apisonadora, con más intensidad en el primer acto que en el segundo, negándose la razón a sí mismo porque cuando más veces y de manera más intensa estuvo en el área de su rival, menos premio se llevó. La determinación de los jugadores de un tiempo a otro, quizás, tuvo mucho que decir en la certificación de las diferencias en el marcador.

El CD Fuentes lanzó entre los tres palos en una oportunidad en el primer tiempo y le bastó para marcar, mientras que Osasuna, que se hartó de estar en el área rival con un suministro exagerado de balones –la estadística llegó a reflejar un centro de los rojillos por minuto– y de disponer de muchas oportunidades, se llevó un minúsculo premio con el gol de Darko.

El protagonista del primer tiempo, y por extensión del partido, fue Ante Budimir. El delantero croata, a horas de coger el avión para marcharse a Zagreb y a continuación con la selección de su país a Qatar para la disputa del Mundial, estuvo en el campo durante los noventa minutos del encuentro. La presencia del internacional croata no dejó de ser sorprendente por el grado de riesgo ante la exposición ante la proximidad de la gran cita mundial y también por el hecho de que permaneciera durante todo el encuentro en el campo. Budimir, también frente al modesto Fuentes, estuvo buscando su particular exorcismo con el gol, habilidad que se le viene resistiendo en este primer tramo en Luga, y que tampoco le salió en Copa –desaprovechó tres claras ocasiones–. Mientras en otros equipos algunos llevan un tiempo reservando fuerzas y midiendo peligros, la presencia del croata –que pidió jugar– no hace sino hablar bien de su compromiso por encima de otras circunstancias. Una implicación que también puede entenderse incluso temeraria porque no era necesaria habida cuenta la diferencia de categoría.

Osasuna jugó con un equipo repleto de futbolistas de Primera, salvo en el caso del central Herrando, y de un modo u otro se iba a notar en el marcador. En la segunda mitad, con menos asfixia y más veneno, Osasuna liquidó el partido en los tres primeros lanzamientos entre los tres palos. Nacho Vidal, relevo de Rubén Peña, culminó un centro de Torres; Kike García armó una volea imparable tras un toque sutil de Manu Sánchez; y de nuevo el ariete, esta vez con la cabeza, certificó el cuarto de la tarde a pase de Barja. A Kike García le dio tiempo a que le anularan otro gol y también a darle un pase de buen compañero a Budimir para que se quitara la ansiedad que le come dentro, pero los dos estaban en fuera de juego.

Osasuna ganó como si tal cosa, dando minutos a los que menos han tenido y con el grupo de titulares viendo a sus compañeros desde el banquillo. Lo previsto. Con Budimir pidiendo ser uno más del equipo hasta el último momento.