Juan Carlos Unzué recibió ayer un regalo de cumpleaños por adelantado. El que fuera portero de Osasuna en dos etapas diferentes (1986-1988 y 2001-2003) cumple 55 primaveras en apenas dos semanas, concretamente el próximo 22 de abril, y se convirtió en protagonista en los prolegómenos del partido que disputaron los rojillos y el Alavés en El Sadar, cuya grada le declaró amor eterno. El excancerbero, que padece ELA (esclerosis lateral amiotrófica), fue homenajeado por el club en el que se formó y en el que se retiró como profesional realizando el saque de honor, y de paso se llevó el aplauso y el reconocimiento de una afición que, puesta en pie al completo, le tributó una sonora, merecida y prolongada ovación.
Unzué reconocía esta misma semana en declaraciones a este periódico que el de ayer iba a ser un día inolvidable para él. Y su vaticinio se cumplió. Para empezar, los once futbolistas de Osasuna que jugaron ayer de inicio contra el Alavés saltaron al terreno de juego ataviados con una camiseta de portero como la que el guardameta de Orkoien lució en sus dos últimos cursos como rojillo, con el dorsal 25 a la espalda, un logo contra la ELA y un trébol de cuatro hojas, el símbolo de la lucha contra la enfermedad que sufre el homenajeado.
Con los jugadores de ambos equipos y los árbitros ya sobre el terreno de juego, fue el turno para Juan Carlos Unzué, que apareció sobre el césped de El Sadar en silla de ruedas y acompañado por el presidente de Osasuna, Luis Sabalza. El que fuera guardameta del conjunto navarro salió a escena con una camiseta del equipo rojillo y saludó a todos los presentes. Primero a los capitanes de ambas escuadras (especialmente emocionante resultó su abrazo con David García), luego al equipo arbitral y después, desde la distancia, a todo los aficionados.
Con el estadio puesto en pie, Unzué se giró con gracia hacia el colegiado para que éste le diera permiso para hacer el saque de honor, momento en el que el gallego Muñiz Ruiz se llevó el silbato a la boca para completar el protocolo. Fue entonces, al golpear la pelota el exportero, cuando llegó la ovación definitiva de El Sadar para un Unzué que devolvió el aplauso a la grada.
Fue un momento emocionante y especial para todos, como el propio Jagoba Arrasate reconoció en rueda de prensa al término del partido y como el club expresó a través de sus redes sociales: "El Sadar ha brindado todo su cariño a uno de sus hijos. ¡Te queremos, Juan Carlos!". Y es que lo de ayer fue una declaración de amor mutua y en toda regla entre Unzué y Osasuna, entre Unzué y la hinchada rojilla. Un reconocimiento de casi 20.000 personas.