Osasuna inicia la temporada ante el Sevilla en un encuentro con ambiente de tórrido torneo de verano por la meteorología, horario y fecha, pero en el que los puntos entran en la calculadora y valen lo mismo para el primer objetivo de los rojillos, la salvación, condición sine qua non para cualquier otra aventura mayor y mejor en la temporada.
El quinto proyecto de Arrasate tiene sus retos y, aunque no se deje de vigilar el retrovisor –cosa que harán una decena de equipos de Primera–, parece que ha llegado el momento de mirar al horizonte con reconocida ambición. Osasuna mantiene la base del equipo, de excelente rendimiento en el curso anterior, y ha sumado incorporaciones contadas pero de calidad. Es decir, existe un ambiente ilusionante, como corresponde con un grupo que se considera sólido por sus futbolistas expertos, jugadores emergentes y conceptos sabidos en un estilo también más o menos reconocible. Subir algún peldaño más es lo que se espera y desea. Algo lógico desde el punto de vista del progreso del grupo en una competición.
Arrasate ha dado muchos minutos y oportunidades a su amplia plantilla –que se va a recortar con el paso de los días– a lo largo de la pretemporada. Existe una base bastante definida a partir de la experiencia y rendimiento en cursos anteriores, pero para la primera cita va a contar también el estado de forma, esa chispa que suele ser desigual en los jugadores según los avatares propios de la pretemporada. Para el encuentro de esta noche, el técnico rojillo ha descartado a Aridane, Rubén García, Areso y Barbero. La ausencia del central canario clarifica probablemente el eje de la zaga para una de las parejas del año pasado, la formada por uno de los hombres de moda, David García, y el intachable Juan Cruz.
Arrasate, que dijo ayer que tiene clara la alineación titular y no dio ni una pista de ella –hubo sesión a puerta cerrada en El Sadar–, señaló la importancia del refresco de los cinco cambios para un encuentro en el que los jugadores van a estar sometidos a un calor sofocante. La disposición táctica del equipo –si el 1-4-1-4-1 u otra– va a tener su parte de culpa en la elección de los once protagonistas iniciales.
El debut es difícil porque el rival es uno de los grandes de la Liga. El Sevilla es un equipo de Liga de Campeones que no tiene otro objetivo que repetir clasificación, entre los cuatro primeros, y no cejar su ímpetu detrás de los otros tres grandes y colarse entre ellos. La plantilla que maneja Lopetegui certifica la altura de miras y la exigencia de un gran presupuesto. Para esta noche, el técnico guipuzcoano no contará con el último fichaje, Isco, que necesita más ritmo de entrenamientos, ni Suso ni el central Marcao. Precisamente, las incidencias del mercado en el eje de la zaga con la venta de Kounde y Diego Carlos –50 millones y 31 millones de euros de traspaso respectivamente– hacen que hoy la pareja de centrales sea más o menos de circunstancias. El Sevilla a lo que se dedica de verdad es a crear problemas con sus futbolistas de variado perfil ofensivo. Ahí les sobra dinamita.
Los datos
Cuatro descartes. Rubén García, lesionado; Aridane, baja por motivos familiares; y Areso y Barbero, por decisión técnica, son los cuatro descartes de Arrasate para el primer partido de Liga.
Los chavales cuentan. Aimar Oroz, Jorge Herrando e Iker Benito, con dorsales del filial, entran en la lista al igual que Pablo Ibáñez, con el número 19.
Tres de cuatro en casa. Tres de los cuatro primeros partidos de Osasuna de esta Liga son El Sadar. Los rivales son Sevilla, Cádiz y Rayo Vallecano.
Isco no viene. Isco, el último rutilante fichaje del Sevilla, no ha viajado con el equipo ya que no se encuentra con el ritmo adecuado para jugar. Son bajas también para el equipo de Lopetegui además Suso, el central Marcao y el delantero Munir.