Osasuna logra un heroico empate en el Bernabéu

Todo tiene que salir bien para puntuar en el Bernabéu que, traducido al plan de acción de Arrasate, supone ser consistente, que no marquen, y tener acierto, puntería. Cerrar la puerta y abrir la otra. Como en todas partes, pero con el apuro multiplicado que se siente ante el Real Madrid. A Osasuna le estaba saliendo casi todo bien en el Bernabéu hasta que se cruzó Vinicius, más bien Rudiger, en una jugada confusa al final del primer tiempo en la que llegó el gol local. A partir de ahí se produjo el crecimiento de Osasuna ante la adversidad. Empató con una gran diana de Kike García y planteó un encuentro molesto para el Real Madrid, ante el que los rojillos mantuvieron el tipo pese a los apuros.

Y cuando parecía que iba a haber un sufrimiento largo y lento, ante un contrincante con una larga lista de recursos técnicos, a Osasuna le multiplicaron los problemas con un penalti en contra. No hubo nada que objetar por la falta de David García sobre Benzema, pero la expulsión del central rojillo previa al lanzamiento de la pena máxima colocaba a Osasuna al borde del precipicio.

Definitivamente hay desatada una guerra de nervios entre Sergio Herrera y Benzema. El portero de Osasuna le detuvo la temporada pasada dos penaltis al delantero francés. En la última acción con los dos protagonistas frente a frente, el meta también acertó la trayectoria del lanzamiento, que se marchó al larguero.

A Osasuna le obligaron a abrazarse a una defensa heroica del resultado. Con casi veinte minutos por delante, con un hombre menos, con el Real Madrid metiendo todos los jugadores ofensivos con todos los perfiles distintos desde su banquillo, el equipo de Arrasate realizó un trabajo colosal para llevarse un punto merecido, trabajado, que certifica el gran momento del equipo. El Bernabéu está hecho para héroes o para mártires. Osasuna se salió de los segundos y se coló entre los primeros.