Los jugadores del primer equipo de Osasuna iniciaron ayer el año con un entrenamiento en El Sadar a puerta abierta, sesión que completó el equipo un poco antes del acto de despedida de Roberto Torres, lo que motivó una alta afluencia de público que sirvió para que los rojillos se lamieran las heridas tras su dolorosa derrota del pasado sábado en Donostia contra la Real Sociedad (2-0).
Ya sin el centrocampista de Arre a las órdenes de Jagoba Arrasate, los titulares en el Reale Arena se ejercitaron con menor intensidad que el resto de futbolistas del conjunto navarro, que tuvieron algo más de trabajo para comenzar a preparar el próximo compromiso de los rojillos, la visita copera al Nàstic de Tarragona de este jueves en busca de los octavos de final del torneo del KO.
El plan de trabajo de Osasuna para los próximos días pasa por el día de descanso del que va a disfrutar el equipo en la jornada de hoy, mientras que el martes y el miércoles se entrenará para preparar el choque en Tarragona y sin perder de vista el partido liguero del lunes 9 de enero en San Mamés contra el Athletic.
El entrenamiento de ayer sirvió para que los jugadores de Osasuna recibieran en El Sadar el cariño de su afición en una sesión especial a la que muchos acudieron aprovechando la jornada festiva de Año Nuevo y el homenaje posterior a Torres.