McLaren sigue con paso firme. Dos carreras y dos victorias para ratificar que es el coche a batir. El cambio de normativa con afectación al diseño de los alerones traseros impuesto después de la primera prueba del año, factor que maximiza McLaren y que hacía prever un descenso en su rendimiento, no tuvo un efecto decisivo en el Gran Premio de China. O al menos no como para privar a la escudería de Woking de su primer doblete de la temporada. Oscar Piastri se abrochó la victoria con holgura ante Lando Norris, quien destapó la primera flaqueza del equipo referente al sufrir un problema en los frenos que estuvo cerca de condenar su segunda posición ante la amenaza de un George Russell que cerró el podio.
Shanghái sirvió una carrera colmada de incertidumbre debido a unos niveles de degradación de los neumáticos inferiores a los dictados por las previsiones. Esta circunstancia hizo que la mayor parte de la cita se desarrollase bajo la premisa de la prudencia. Todos podían rodar más rápido pero nadie exprimía todas las prestaciones aguardando acontecimientos. Los equipos corrieron mirando de reojo al comportamiento de la competencia.
Nada más dispararse la prueba, Norris asentó las opciones de doblete de McLaren al adelantar a Russell. Detrás, Max Verstappen perdió posición con los dos Ferrari, con Lewis Hamilton cuarto y Charles Leclerc quinto. Corren malos tiempos para Red Bull, podría decirse que el cuarto coche en la línea jerárquica de la parrilla. Si bien, las batallas internas en los garajes ajenos pueden ser un motivo de impulso para Verstappen, que vio cómo Leclerc chocó con Hamilton perdiendo un fragmento de alerón delantero. Es el segundo toque entre los Ferrari en dos carreras. Apenas cuatro vueltas transcurrieron cuando Fernando Alonso protagonizó su segundo abandono del año. Los frenos del Aston Martin ardieron y el asturiano tuvo que retirar el coche de la pista. “Los ceros pueden ser habituales este año”, manifestó, ya sin molestarse el proyectar optimismo.
La siguiente alternancia en las posiciones delanteras se produjo con el primer cambio de neumáticos. Russell logró materializar un undercut a Norris, quien reaccionó rápido. Solo dos vueltas más tarde, en la 18 de las 56 pactadas, el líder del campeonato recuperó la segunda plaza, tirando de velocidad punta. En Ferrari se emitieron órdenes de equipo. Hamilton fue obligado a ceder la posición a Leclerc, quien pese a tener dañado su frontal albergaba un ritmo mayor. Entonces McLaren hizo resonar los tambores para aplicar un punto más de velocidad y estirar la carrera. Seguido se dio paso un lapso de calma chicha, esa quietud que precede a la tormenta.
Ferrari, de algún modo a la desesperada, probó fortuna con una segunda parada para Hamilton, lo que a la postre sería la condena del heptacampeón, que acabaría sexto antes de recibir una pésima noticia. La baja degradación no hizo funcionar la estrategia. Fue el único de los pilotos punteros que visitó el box por segunda vez. De ello se benefició Verstappen, que avanzó, ya era quinto cuando de pronto su monoplaza mejoró las prestaciones. “Tenemos que analizarlo”, diría sorprendido Max, sin explicación alguna. Ese ritmo le condujo hasta Leclerc, que rodaba en las lonas. El neerlandés realizó una de esas maniobras tan características que a buen seguro será enmarcada como uno de los mejores adelantamientos del año. Se había alcanzado ya la vuelta 54 y Verstappen había maximizado por enésima vez sus posibilidades. Fue cuarto, su techo. “Aún no estamos donde queremos estar”, admitió el tetracampeón. Viendo el rendimiento de su Red Bull, necesitará caos y alternancias en los podios para sostenerse en la pugna por el título, porque la resiliencia y el talento no son suficientes para equilibrar el pulso.
Los Ferrari son descalificados
En cuanto a Ferrari, el bochorno se agudizó una vez finalizada la prueba, cuando la FIA revisó los monoplazas y descalificó a ambos pilotos. Leclerc, quinto, no alcanzó el peso mínimo exigido –presentó 799 kilos en lugar de 800– y Hamilton, sexto, corrió con un fondo plano más próximo al asfalto de lo permitido –estaba a 8,5 milímetros en vez de 9–.
En el tramo final, Norris reportó una avería en los frenos. El pedal se hundía progresivamente con cada vuelta que se agotaba. Había estado rodando a unos 3 segundos de Piastri prácticamente toda la carrera cuando empezó a ceder de forma muy preocupante. “Era una pesadilla, tenía un poco de miedo, pero he sobrevivido”, manifestó Norris, que gozaba de un colchón de 8 segundos sobre Russell y terminó a poco más de un segundo. Si la jornada se prolonga una vuelta más, muy posiblemente hubiera perdido el segundo puesto.
Piastri, mientras tanto, rodaba campante a casi 10 segundos de Norris para certificar que quiere dar guerra a su compañero de equipo en la lucha por el campeonato. “Ha sido un fin de semana increíble de principio a fin. El coche ha estado increíble, mega”, expresó Piastri, que formalizó su candidatura al título con una sólida actuación que le reportó su tercera victoria en la Fórmula 1. Y es que no esconde que competir por la corona es su objetivo. “Eso espero”, sentenció. El australiano, que fue noveno en Australia, ya está a 10 puntos del liderato de Norris. Entre ambos aparecen Verstappen, segundo a 8 puntos de la cabeza, y Russell, tercero y a 9 de distancia.
Por otro lado, el novato Kimi Antonelli, cuarto en su estreno con Mercedes, acabó sexto. Su homólogo en Red Bull, Liam Lawson, fue decimosegundo tras arrancar desde el pit-lane y su puesto corre serio peligro; de hecho, China pudo ser su último gran premio. Carlos Sainz finalizó décimo, mientras que su compañero en Williams, Alexander Albon, fue séptimo. Lance Stroll, noveno, volvió a sumar puntos para Aston Martin. Pierre Gasly, que fue undécimo, también fue descalificado por no dar el peso mínimo.