Solo unas pocas horas antes del crucial encuentro para el Atlético de Madrid en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League, ante el Brujas en el Metropolitano, el presidente Enrique Cerezo lanzó un capote al técnico Diego Simeone. “No veo el final de su etapa, veo que la confianza que tiene en el equipo y en nosotros es suficiente para que no penséis en que se tiene que ir, porque sois vosotros, los periodistas, los que lo decís”, expresó el regidor, quien no obstante admitió que veía al entrenador argentino “preocupado por los resultados”.
Un rato después esa preocupación tampoco se aliviaba porque no se produjo el triunfo que se antojaba vital para los colchoneros ante la gran revelación del torneo, un conjunto belga que visitaba el Metropolitano asentado en el liderato del grupo B, con pleno de victorias e imbatido y que ayer selló su clasificación matemática a los octavos de final, al mismo tiempo que minimiza las opciones del Atlético de continuar en la máxima competición continental.
Simeone alineó prácticamente a su once de gala –con las salvedades de la inclusión de Kondogbia y Lemar en detrimento de Witsel y Morata, y con Saúl de lateral izquierdo en una línea de cinco defensas–.
El Atlético vio las orejas del lobo desde bien temprano, cuando Sowah primero y Jutglà después avisaron de las intenciones de un valiente Brujas.
Tras unos minutos de preocupación para Simeone, el Atlético se fue afianzando y Griezmann y Correa, con sus ocasiones de gol, instalaron sobre el césped la esperada superioridad local. El francés fue la mayor amenaza, aunque falta de puntería.
El tiempo corría favorable para los intereses del Brujas: la creciente necesidad del Atlético y su ímpetu en la búsqueda del gol concedía espacios para los contragolpes de un vertical bloque belga.
En una contra, el colegiado señaló un penalti sobre Buchanan que seguido anuló. A falta de claridad en la elaboración, los de Simeone colgaban balones al área sin excesivo criterio. Si bien, abusando de la cantidad, hicieron méritos para ponerse por delante antes del descanso.
A lo largo del partido, al Atlético de Madrid le anularon dos goles por fuera de juego. Los colchoneros sumaron cantidad de ocasiones, pero pecaron en la finalización. Hasta 18 tiros, nueve entre los tres palos, propuso el conjunto de Simeone, que mereció ganar de sobra, pero se topó con la insuperable actuación del portero Simon Mignolet, que paró todo. l
At. Madrid 0
Brujas 0
ATLÉTICO DE MADRID: Jan Oblak, Nahuel Molina, Savic, Giménez, Reinildo, Saúl (Min. 73, Cunha), Koke (Min. 60 De Paul), Kondogbia, Lemar (Min. 60, Morata), Correa (Min. 60, Carrasco) y Griezmann (Min. 79, Witsel)
BRUJAS: Mignolet, Odoi, Mechele, Sylla, Onyedika, Nielsen, Vanaken, Skov Olsen (Min. 50, Meijer), Buchanan (Min. 84, Mata), Sowah y Jutglà (Min. 73, Balanta).
Áribitro: Danny Makkelie (Países Bajos). Expulsó por doble amarilla al visitante Sowah (Min. 81). Amonestó a Savic y , Kondogbia, por parte del Atlético; y a Buchanan, Vanaken y Mignolet, del Brujas.
Incidencias: Partido de la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League disputado en el Cívitas Metropolitano ante 60.810 espectadores.
Liga campeones
El Barça empata ante el Inter (3-3)
Se complica su futuro. Los goles de Dembélé en el minuto 40 y los dos de Lewandowski, en el 82 y en el 90+2, para el Barcelona fueron contrarrestados por el Inter de Milán con los de Nicolò Barella en el 50, Lautaro Martínez en el 63 y Robin Gosens en el 89 y este 3-3 complica mucho al conjunto azulgrana su futuro en la Liga de Campeones. Démbélé hizo el 1-0 al finalizar al primer toque una jugada de combinación y Barella empató al empezar el segundo tiempo al aprovechar un error de Gerard Piqué. Poco después, Lautaro Martínez dio la vuelta al marcador con un disparo que antes de entrar tocó en los dos palos. Aunque Lewandowski devolvió la esperanza con un remate que desvió la defensa del Inter y despistó a Onana. Parecía que Gosens sentenciaba el encuentro al finalizar con acierto un contraataque con un Barça rotó, pero Lewandowski salvó un punto con un cabezazo en el añadido.