Hoy se cumplen 208 años de la quema y destrucción de Donostia a manos de las tropas anglo-portuguesas, en el marco de la Guerra de la Independencia. Una fecha que no pasa desapercibida en el calendario donostiarra. Sin embargo, y por segundo año consecutivo debido a la pandemia, la sociedad Kañonetan no ha podido llevar a cabo la recreación histórica de la toma de la Bretxa y la posterior batalla por la Parte Vieja. "Era imposible porque estamos unos encima de otros y la calle 31 es muy estrecha -afirmaba José Luis Molinuevo en Onda Vasca-. Tenemos que ser responsables y consecuentes con lo que nos toca". Por ello, este año tampoco se hará el tradicional apagón de luces y encendido de velas que suele poner fin a los actos conmemorativos en la calle 31 de agosto. "El broche final será un concierto de varios coros en la iglesia de San Vicente, junto con el repique de campanas".
Segundo 31 de agosto de pandemia en Donostia que ha hecho de la ofrenda floral en la Puerta de Mar el acto central de la jornada. Las restricciones han obligado a reducir el tamaño de los actos que impulsa Donostiako Festak, y se han celebrado a puerta cerrada en su mayoría. Estos días previos, se ha proyectado el documental en 3D, "Donostia 1813", que recrea la ciudad antes de su destrucción; y se han impartido charlas sobre la importancia de la antigua calle Trinidad y los sucesos del verano de 1813.
Puedes escuchar la entrevista completa a José Luis Molinuevo en nuestro podcast.