Emulando a la inolvidable saga cinematográfica de los años ochenta, el Baskonia persigue regresar cuanto antes al pasado. Al suyo. a la bendita normalidad en la que se movía antes de que la irrupción del coronavirus en su vestuario le obligara a frenar en seco durante tres semanas y descolocara por completo la planificación prevista. Y el encuentro de hoy frente a Unicaja –correspondiente a la 34ª jornada del campeonato y que debió aplazarse precisamente en su momento por los múltiples casos positivos del conjunto azulgrana– es un nuevo peldaño en el camino hacia ese ansiado pretérito.
Porque el conjunto de Dusko Ivanovic busca, lógicamente, añadir una nueva victoria a su casillero con la que apuntalar la cuarta posición que ocupa en la actualidad pero, sobre todo, reencontrarse lo antes posible con el nivel de juego y rendimiento que presentaba antes de la obligada pausa. Las secuelas de la enfermedad no están presentes únicamente en quienes la han padecido sino que se trasladan a todo el grupo al haber sido imposible entrenar con normalidad durante prácticamente tres semanas.
Por todo ello, con las eliminatorias por el título a la vuelta de la esquina, el Baskonia se halla inmerso en una especia de pretemporada particular con el objetivo de poder defender el campeonato conquistado hace un año en Valencia en las mejores condiciones posibles.
No es, desde luego, un objetivo sencillo pero el combinado de Zurbano parece encontrarse en el inicio de una evolución positiva. Su regreso a la competición tras el parón se saldó con la derrota frente al Joventut pero el pasado jueves ya sumó una cómoda victoria en Illunbe (mostrando además minutos de buen juego). Hoy domingo llega el tercer compromiso en una semana para los de Ivanovic que, además, tienen que hacer frente a un adversario de cierta consideración.
Porque aunque el Unicaja no es ni mucho menos el de su época dorada, todavía cuenta con una plantilla que acoge nombres ilustres y capaz de dar un disgusto a cualquiera. Además, el cuadro andaluz está casi obligado a firmar un pleno de victorias en las tres jornadas que le restan por disputar de la fase regular si desea contar con opciones de lograr un billete para los play off, por lo que se presentará en el Buesa Arena con el cuchillo entre los dientes.
Por lo que respecta a la situación física de ambos conjuntos, tanto malagueños como azulgranas cuentan con problemas. En el bando visitante, el ala-pívot Carlos Suárez, el joven pívot congoleño Yannick Nzosa y el base israelí Gal Mekel se perderán la cita por lesión, lo que sin duda será un quebradero de cabeza para Fotis Katsikaris. Por lo que respecta al Baskonia, la principal incógnita es saber si Peters y Fall, ausentes en las últimas citas por su positivo en coronavirus, están ya en condiciones de reaparecer o continúan siendo baja.
Tras la obligada pausa de más de veinte días por los casos de coronavirus, el equipo afronta su tercer compromiso en una semana