Aunque cuenta con seis décadas de vida, sus orígenes se remontan a finales del s. XIX y durante las primeras décadas del siglo XX, cuando Bilbao recibió a un gran número de inmigrantes. Muchos de ellos residían en los barrios altos de la villa.
Con el paso de los años, y con el auge de la industria en la capital vizcaína a mediados del pasado siglo XX, esa población comenzó a asentarse en poblados chabolistas en los montes cercanos a Bilbao. Áreas como el Monte Banderas, Los Caños, Ollargan o la Campa de los Ingleses.
Una cruda situación a la que intentó poner fin, de algún modo, el Decreto de 5/9/1958, por el que se regularon los planes de Urgencia Social para Bizkaia. Mediante este decreto se perfiló la construcción de 4.000 viviendas subvencionadas.
De este modo, entre los años 1960 y 1961 se construyeron más de 3.600 viviendas, en régimen de alquiler, para alojar a más de 15.000 personas. Para edificarlas se eligió el paraje denominado Otxarkoaga, situado en la ladera del monte Abril, y cercano a Bilbao.
Viviendas que se diseñaron como grandes bloques de doce pisos y otros de cuatro, pero sin que previamente existiera una urbanización del terreno, salvo la calle principal. O lo que es lo mismo, los habitantes de este barrio sabían en qué bloque y piso residían, pero no tenían una calle.
Además, al poco tiempo de ir a vivir a esas viviendas empezaron a aparecer problemas como humedades y goteras en las casas. Todo ello derivó en un profundo malestar de los vecinos, y en la creación de la Asociación de Familias de Otxarkoaga. Una agrupación que fue más allá de la lucha por la mejora de las condiciones de sus hogares para entrar de lleno en reivindicaciones sociales.
Hubo que esperar al final del franquismo y a los primeros años de la democracia para que comenzara, ya en los primeros años de la pasada década de los 80, la mejora de las fachadas, portales y escaleras, así como el necesario proceso de urbanización, con calles y aceras.
Ya en 1985, el consistorio bilbaíno planificó la creación de espacios para la práctica del deporte, y dos años más tarde se inauguró el Centro Cívico de Otxarkoaga, el primero de la villa, acicate para la actividad cultural del entorno y ejemplo a seguir para centros similares de otros barrios.
Los años 80, sin embargo, fueron duros, muy duros en Otxarkoaga, al igual que en otros puntos de Bilbao y Bizkaia, por la venta y consumo de las drogas. Una época negra en un barrio que, sin embargo, consiguió salir adelante y mirar al futuro. Un futuro con mejores infraestructuras.
Así, en los últimos años se han construido varios ascensores, al igual que un aparcamiento subterráneo, y se ha trabajado en la mejora de los jardines y la iluminación en el barrio, entre otros aspectos.
Mejora de la accesibilidad
A finales del pasado verano de 2022, el Ayuntamiento de Bilbao iniciaba las obras de construcción de dos ascensores nuevos en el entorno de la calle Garate en Otxarkoaga.
Junto a la construcción de ambos elevadores, dentro del proyecto se contempla una tercera actuación: la ejecución de una serie de caminos peatonales en Campas de Garaizar.
Estas obras cuentan con un presupuesto de 1.344.265 euros (sin IVA) y está previsto que se desarrollen en un plazo de diez meses.
El objetivo municipal es el de mejorar la movilidad en el interior del barrio, salvar las barreras arquitectónicas existentes y generar itinerarios accesibles, tanto entre distintas zonas de Otxarkoaga como en su conexión con Txurdinaga.
Mejora de la habitalidad
Del mismo modo, Viviendas Municipales de Bilbao desarrollará en Otxarkoaga un proyecto innovador para mejorar la habitabilidad de viviendas en edificios que se están rehabilitando en este barrio bilbaíno.
Los edificios involucrados en los trabajos de ampliación se encuentran en las calles Txotena (siete portales), Irumineta (cuatro portales) y Larrakoetxe (un portal) y los trabajos de rehabilitación se enmarcan dentro del proyecto Orain Otxar, que tiene como objetivo convertir a Otxarkoaga en un barrio eco-sostenible.
Todo ello mediante actuaciones de rehabilitación y regeneración urbana, con criterios de eficiencia energética, accesibilidad universal y mejoras en la habitabilidad de las viviendas.
En esa línea va también la iniciativa que ha unido a vecinos y vecinas del barrio de Otxarkoaga que residen en pisos sociales del barrio y el organismo público local Viviendas Municipales de Bilbao, y por la que se ha constituido la Mancomunidad de autoconsumo energético, que permitirá que el excedente de la energía generada por los paneles solares instalados en el remodelado Centro Comercial F y en uno de los cinco bloques de edificios que se están rehabilitando en la calle Txotena, se destine al suministro eléctrico de las viviendas de la zona.
No hay que olvidar que Otxarkoaga es uno de los cuatro barrios vascos que recibirán un total de 16,7 millones de euros para profundizar en su regeneración urbana a través de los Fondos Next Generation.
Inserción socio-laboral
Con esta iniciativa, el Ayuntamiento de Bilbao trata de alcanzar el doble objetivo de mejorar la empleabilidad y de contribuir a la mejora de la comunidad en ámbitos y espacios identificados como de posible vulnerabilidad.
De este modo, las personas participantes trabajarán en dos ámbitos diferenciados: la eliminación de la brecha digital y la eficiencia energética.
Nuevo espacio de creación artística en Otxarkoaga
Con el fin de que exista una rotación constante de proyectos, hasta cuatro artistas o colectivos disponen de un espacio compartido para la creación puntual de sus trabajos.
Se aprovecha así para darle una nueva vida a este edificio singular y para extender en la ciudad la necesidad artística que desarrolla Bilbao Arte, siendo la primera vez que los y las artistas trabajan fuera de las instalaciones de la sede de Urazurrutia.
El objetivo es convertirlo en un referente del panorama artístico emergente de la capital vizcaína y como lugar de actividad cultural implicada con los lenguajes artísticos contemporáneos y las prácticas colaborativas.
Desde su puesta en marcha, como iniciativa piloto, once artistas han podido trabajar en el centro "OTXAR. OPEN GELA" con sus proyectos: Estíbaliz Sádaba, Amaya Suberviola, Rocío Agudo, Jon Ander Terroba, Ismael Iglesias, Jimena Kato, Javier Bravo, Alejandría Cinque, Nora Aurrekoetxea, Gari Arambarri eta Lucía Chamorro.
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