Vivir en el centro de Bilbao no te exime de sufrir un infierno en tu escalera, afirma Pablo Abascal, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Bizkaia.
¿Cuáles son los conflictos más habituales entre vecinos?
—La queja más habitual son los ruidos. Luego, el uso abusivo que se hace de los elementos comunes, como el ascensor o el portal, donde se pueden concentrar los familiares o amigos de algún vecino. También se da el uso en los garajes de plazas ajenas: Como soy vecino, aparco aquí un momentito que solo he venido a cenar y luego ya enseguida me marcho. En bastantes garajes está teniendo que llamar el propietario de la plaza a la Policía Municipal, con la escritura en la mano, para que esta llame a la grúa y se retire el vehículo.
En Bilbao ha habido condenas por poner la tele y la música a tope a cualquier hora o tocar diariamente el piano. ¿Es algo excepcional o los ruidos llegan a juicio?
—La paciencia de la gente es infinita, pero por ruidos molestos se puede acabar en el juzgado porque si una persona da clases de piano, tú no puedes estar todos los días oyendo el piano a todas horas. El problema es que la única forma de atenuar el sonido es que el que lo origina aísle su habitación porque se transmite por las vigas y pilares por todo el edificio. Yo sé de casos que han acabado en los tribunales.
También se dan insultos y amenazas entre vecinos.
—Conozco el caso de una persona mayor viuda con dos nietos huérfanos a la que le alquilaron un piso. Sufría un trastorno, se fijó en una persona y empezó a acosarla, la seguía hasta el trabajo, la llamaba loca, hacía ademanes de pegarla... Cuando le llegaron las denuncias por el acoso, dejó de pagar la renta y la conseguimos echar por el impago de la renta porque privar a alguien del uso de la vivienda es muy difícil. Hay muchas garantías.
De eso se valen los okupas.
—En Irala una pareja con un niño buzoneó una carta a los vecinos diciendo que iban a okupar un piso vacío. La comunidad decidió actuar por el perjuicio que ocasionaban, los ruidos, el piso estaba apuntalado por los bomberos y podían causar daño a la finca... En el juzgado de instrucción me dijeron que por una carta no podían dar una orden de desahucio porque igual un heredero les había autorizado al uso y disfrute de la vivienda. Se acabaron marchando porque el lugar no reunía las condiciones necesarias.
La ocupación de espacios comunes también es objeto de riñas.
—Lo que más incomoda es la ocupación del portal, el cuartito de la limpieza o las escaleras cuando alguien deja una bicicleta porque es algo muy voluminoso y que llega para quedarse mucho tiempo, mientras que dejar un cochecito de bebé cuando, por ejemplo, no hay ascensor es más comprensible.
Luego están las viejas rencillas.
—Lo malo de estos brotes vecinales es que se perpetúan en el tiempo. Ahora hay una obligatoriedad, pero hace muchos años los hijos de un hombre al que en su día no le pusieron ascensor votaban en contra de que se pusiera. Su padre murió y ellos tienen 50 años, pero, como a su padre no se le puso, prefieren seguir subiendo andando que dar su brazo a torcer.
¿Cuáles son los barrios de Bilbao donde más conflictos de convivencia se producen?
—Hay barrios que se llevan la fama y otros, no tan mal reconocidos por la ciudadanía, donde se dan situaciones muy incómodas de vecinos insoportables. No tienes que pensar en la zona más degradada de Bilbao para que se den situaciones que hacen la vida incómoda.
¿A qué situaciones se refiere?
—A veces llega una persona que rompe la armonía que hay entre los vecinos de confianza, de compartir. Empieza a cuestionarlo todo, a dudar de todo y a poner trabas a cualquier actuación de la comunidad, con lo cual bloquea los acuerdos hasta el día de la junta, en la que ya por mayoría se aprueban, pero los frena. l
"Hay barrios que se llevan la fama y otros no tan mal reconocidos donde se dan situaciones muy incómodas de vecinos insoportables?