El personaje que interpreta Pablo Alamá en 'La noche más larga' es el de un hombre trans que se ve envuelto en un error y acaba en la cárcel donde vivirá momentos muy duros. Opina que es bueno que se visualicen este tipo de papeles porque ponen ante los espectadores una realidad que ha quedado en demasiadas ocasiones oculta y no reconocida.
'La noche más larga'. Una noche que además de larga es terrorífica.
Es un thriller con muchísima intriga. Cuando comienza no se sabe qué va a pasar. Yo he visto la serie y me he enganchado, ha sido como si no supiera nada de ella, como si no hubiera trabajado en esta historia.
¿Se imagina que pudiera ocurrir en la vida real?
Me parecería muy fuerte. Me cuesta pensar que pueda ocurrir en la realidad, aunque viendo la serie como espectador casi que te lo crees.
¿Qué tiene usted de Rey, su personaje en esta serie?
Es un personaje que es muy fiel a sus principios y yo me identifico bastante con esta forma de ser. Pienso que el personaje incluso es más fiel de lo que soy yo. Rey quizá es un poco lo que me gustaría ser. Él entra a la cárcel por error y hay una escena en la que le preguntan si quiere ir al módulo de hombres o al de mujeres porque es un hombre trans y puede elegir.
¿Qué decide?
A pesar de que sabe que eligiendo el módulo de hombre es posible que lo pase peor, que sufra más abusos, lo escoge, aunque solo sea por defender su identidad. Esta es una de las cosas que admiro del personaje. Es a lo que llamo principios.
En ficción vemos muchas historias de mujeres trans, sin embargo, no ocurre lo mismo con los hombres trans. ¿Es una cara más oculta socialmente?
Sí. A día de hoy, el hombre trans está mucho más invisibilizado que la mujer trans. Vemos algunas historias en ficción de mujeres, pero no es nuestro caso, el de los hombres trans. Pienso que es necesario que se vean ambas realidades para que pueda realizarse un mapa más completo de lo que es el mundo trans. Se está empezando a tomar conciencia de que también existimos. Series como esta resultan muy positivas, aunque todavía hay mucho camino por recorrer.
Existe también la reivindicación de que los papeles de gente trans o gays no sean interpretados por actores heterosexuales.
Muchas veces, los actores o actrices trans suelen tener más limitados los accesos al trabajo, sobre todo a determinados papeles. Es importante para generar cierta equidad que cuando haya un personaje trans se le dé a una persona trans.
¿Suele ocurrir?
No siempre, aunque cada vez se avanza más. Cuando un papel trans lo interpreta una persona cuyo sexo es acorde con el que ha nacido, se le están quitando oportunidades a actores o actrices que pueden visibilizar a un colectivo y a la igualdad al acceso al trabajo. Por eso creo que es importante que estos papeles se los den a personas trans.
¿Ese es el ideal?
En parte. Para mí el ideal es llegar a un punto en el que no se llegue a la identidad de género. Lo ideal sería alcanzar un nivel en el que las personas trans accedieran a todo tipo de personajes. Tendría que dejar de importar la identidad de género.
¿Lo ve posible?
A día de hoy lo veo todavía muy utópico. Por eso me parece muy importante empezar a dar estos primeros pasos, personajes trans interpretados por personas trans como medio de visibilización.
Parece más difícil de comprender al hombre trans. ¿Por qué?
No sé si es más difícil o no. A nivel de comprender a un hombre o a una mujer trans está en la misma dificultad o facilidad. Todo depende de cómo se quiera ver. Pienso que, como de los hombres trans se conocen menos historias, cuando se piensa en ello, el imaginario nos lleva a las mujeres y pocas veces la personas se plantean que también existimos nosotros, los hombres. Aún no lo tenemos registrado en el imaginario social.
Usted ha hecho papeles fuera de género. Estuvo también en 'Madres'.
Tuve un papel pequeño. Interpreté a un médico residente y no se hablaba de condiciones de género.
Es también doblador, sobre todo de vídeo juegos.
Me gusta mucho el doblaje. También hago doblaje de publicidad.
¿Dónde se encuentra más cómodo, en el doblaje o en la interpretación?
Ambas cosas me gustan. Empecé en el doblaje y a raíz de este trabajo me empezó a interesar la interpretación, así que empecé a estudiar para formarme como actor. Muchas veces me he planteado si tendría que elegir alguna de las dos disciplinas. Son bastante diferentes pero a la vez muy complementarias, tienen muchas cosas en común. El hecho de ser actor de doblaje me ayuda muchas veces ante la cámara y el actuar también me ayuda a la hora de doblar. Así que ahora mismo no contemplo elegir una.
¿Puede vivir bien de las dos disciplinas?
Llevo ya unos años con una situación bastante estable. El hecho de compaginarlas es lo que me ayuda a sobrevivir. Es cuestión de poder combinar la carga de trabajo en ambas disciplinas. Voy fluyendo a rachas y por ejemplo, cuando estuve rodando la serie dejé un poco de lado el doblaje, pero cuando finalizó lo volví a retomar.
¿Se prevé una segunda parte de 'La noche más larga'?
Hay que ver la serie y sacar conclusiones. El espectador es muy listo y sabrá a qué atenerse.
¿Qué proyectos tiene entre manos ahora?
Estoy con un monólogo que he estrenado hace poco y que gira en torno a la identidad de género. He terminado las funciones que teníamos y ahora quiero hacer un trabajo de mesa, sentarme y crear una estrategia para poder mover este proyecto. Además, tengo otra obra de teatro, ahora la estoy ensayando y está previsto que se estrene en septiembre. Voy objetivo a objetivo.
El monólogo se titula 'Manual para follarse a un macho con vagina'. Una obra muy personal, ¿no?
Exactamente, totalmente personal. He escrito en base a mis experiencias y sería autoficción dentro de lo que podríamos llamar teatro documental. Quería retratar una evidencia desde lo personal. Quería hacerlo desde dentro y desde cómo lo he vivido.
¿Demasiado íntimo?
Totalmente íntimo. ¿Demasiado? No. Es mi vida y a través de esa intimidad quiero llevar un mensaje más social.
Acabamos de vivir la fiesta del Orgullo y se han evidenciado demasiadas contradicciones, sobre todo políticas.
Hay mucho lío en torno a varias cuestiones, por ejemplo la ley trans. Como cada vez se habla más de temas LGTB, se están conociendo realidades que antes no eran visibles, realidades que hasta hace poco era mejor guardarlas dentro de casa.
¿Se ha dado un paso atrás con las actitudes de determinadas actitudes políticas?
Creo que hay partidos que están esperando que se den pasos atrás. Pero cuando a la población se le dan ciertos derechos es muy difícil quitárselos. Esto ocurre no solo con las leyes LGTB, pasa con cualquier ley. Se han sembrado unas ideas y unos derechos, y creo que va a ser difícil volver atrás.
En la derecha política hay dirigentes muy conocidos que pertenecen al colectivo LGTB.
Creo que el colectivo LGTB no entiende de ideologías. Hay personas LGTB en cualquier bar. Es lo natural. Si eso se aceptara, quizá dejásemos un poco más lo político y nos centraríamos en lo personal y en lo humano. Desde luego, seríamos mejores.