Vida y estilo

Pablo Motos se sincera sobre el gran susto que se llevó la primera vez que se puso bótox

El presentador acudió como invitado al programa ‘Joaquín, el novato’
Pablo Motos habla de sus retoques estéticos en 'Joaquín, el novato'.

Tras Dabiz Muñoz y Rosario, este miércoles era Pablo Motos quien acudía al programa de Joaquín Sánchez, ‘Joaquín, el novato’.

El presentador de ‘El Hormiguero’ se sinceró con el jugador del Betis, con el que repasó su trayectoria profesional, la importancia de tener una buena imagen en televisión y los retoques estéticos a los que se ha sometido.

LOS RETOQUES ESTÉTICOS DE PABLO MOTOS Y EL ‘DRAMA’ DE SU PRIMERA VEZ CON EL BÓTOX

Joaquín preguntó a Pablo Motos por un verano en el que el televisivo decidió someterse a diversos retoques estéticos con el fin de mejorar su imagen, aunque no todos salieron como él esperaba.

"Pensé que debía mejorar mi imagen, así que quería los dientes más blancos", comenzó diciendo Motos, y reveló que visitó un dentista para preguntar si era posible cambiar todos los dientes en un mismo día, a lo que le respondieron que esa era una operación que se realizaba a lo largo de diferentes meses dada la duración de la intervención, que podía alcanzar las 12 horas y el gran dolor que causa.

A pesar de las recomendaciones de los profesionales, el de Requena aseguró poder soportar el dolor y se sometió a la operación en un solo día.

Sin embargo, las intervenciones no se acabaron ahí para el presentador, y al día siguiente acudió a operarse de la vista. El médico le planteó operarle el ojo derecho y dejarle unas dos dioptrías en el izquierdo, puesto que Pablo tenía ese ojo vago y corría el riesgo de ver doble si se sometía a una operación, de nuevo él insistió en hacerse la operación completa y cuando se despertó tal y como le había advertido el doctor veía doble.

Además, "de los nervios me había roto todos los dientes. Empecé a apretar y como el pegamento llevaba muy poco tiempo, me dejé algunos dientes para fuera y otros para dentro. Al día siguiente de esto fui al oftalmólogo con los dientes torcidos y le dije: '¡Veo fatal!", confesaba ante un Joaquín que no pudo contener la risa.

El oftalmólogo le repitió a Motos la advertencia que ya le había hecho y le dio varias opciones para solucionar el problema, volver a operarse o forzar el ojo para que el sistema neurológico se adaptase a ver bien de nuevo, lo que provocó que “se reía de mí toda mi familia porque leía poniéndome el periódico de lado. De frente no podía leerlo porque no veía", pero, aun así, consiguió volver a ver con normalidad sin pasar de nuevo por el quirófano: "Al final, fui centrando la vista hasta que volví a ver otra vez bien. No me llegaron a operar porque fui cabezón y cada día lo intentaba forzar una hora".

Tras todos estos contratiempos en su plan original, el verano del comunicador no terminó ahí y acudió a un hotel macrobiótico para relajarse, donde desoyó los consejos de su mujer y se sometió a un nuevo retoque.

"Mi mujer me dijo que no me pusiese bótox, pero yo llegué allí y pregunté: 'Oye, ¿me podéis poner bótox?'. Me empezaron a pinchar y yo sentía que se me inflaba la cara por dentro. Me dijeron que había quedado fenomenal. Yo salí del hotel y pensé que mi mujer no se iba a enterar de nada. Pero cuando se abre el ascensor y me veo en el espejo, me doy cuenta de que me habían dejado chino", desveló Pablo Motos y admitió que "me asusté, intentaba hacer gestos y no me iba la cara. El bótox te deja todo eso muerto. Estuve todo el verano tocándome para ver si me volvían las arrugas. En el inicio de esa temporada de 'El hormiguero' no me podía reír", aunque zanjó el asunto asegurando que tras unos meses pudo volver a mover la cara con normalidad.

21/10/2022