"Son cosas que pasan, lo hablaremos entre nosotros". Estas han sido las palabras de Pablo Urdangarin cuando la prensa le ha abordado por la calle en plena polémica por las imágenes de su padre de la mano con una joven vitoriana en Bidart.
El hijo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, de 21 años, ha sido muy comedido en sus declaraciones, emitidas en 'El Programa de Ana Rosa', y se ha limitado a decir que "todos estamos tranquilos, nos vamos a querer igual y no hace falta nada más". Palabras que dejan entrever que el romance del que fuera duque de Palma con la ex Miss Álava es un hecho.
Pablo Urdangarin ha reconocido que todavía no ha hablado con su madre y afirma que, en cualquier caso, "no va a cambiar nada".
Ante la pregunta de que la situación parece muy extraña porque durante las Navidades estaban todos contentos en familia, el segundo hijo de Iñaki Urdangarín ha precisado: "Y seguimos contentos, ¿eh? Tampoco va a cambiar nada".
Pablo Urdangarin se ha mostrado amable y comprensivo ante las preguntas de Europa Press Reportajes, al afirmar que sabe que es lo que tienen que hacer los reporteros.
Una Miss vitoriana
La mujer con la que aparece fotografiado el exjugador de balonmano es una vitoriana de 31 años que ha trabajado como modelo y fue Miss Álava.
Estas imágenes podrían suponer un duro golpe para los 24 años de matrimonio de la Infanta Cristina después de que este sobreviviera a la condena por corrupción de él en el caso Nóos. El escándalo estalló en noviembre de 2011 y hasta el 17 de febrero de 2017 no se produjo la condena de la Audiencia Provincial de Palma, que le sentenció a 6 años y 3 meses de prisión. Una resolución posteriormente revisada por el Tribunal Supremo, que la rebajó a 5 años y 10 meses.
Hasta ese momento, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin vivían en Suiza, pero cuando la sentencia fue firme, el exjugador de balonmano tuvo que ingresar el la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila). No obstante, el exdeportista disfruta desde hace un año del tercer grado y desde el 23 de junio de 2021, debido a su buen comportamiento, ya no tiene que pernoctar en la prisión de Zabala, a la que había sido trasladado con anterioridad por el arraigo familiar, ya que su madre vive allí.
El ingreso en prisión de Urdangarin no supuso el traslado de la residencia de la Infanta a España, quien decidió permanecer en Ginebra, donde el matrimonio había establecido su residencia en 2013. Su entorno comentó en aquel momento que había prevalecido el bienestar de sus hijos.
Pero la salida de prisión de Iñaki Urdangarin tampoco modificó la situación familiar, la Infanta ha seguido desde entonces viviendo en Ginebra, a pesar de que su marido ya disfrutaba de la libertad condicional en Vitoria y trabaja en un despacho de abogados.