Desde el pasado viernes, tenemos la oportunidad de disfrutar en el cine de una buena película y, a la vez, apoyar una buena causa. Es lo que sucede con Mi otro Jon, el último trabajo del director y guionista Paco Arango. Todo lo que recaude se destinará, de manera íntegra, a la Fundación Aladina, que ayuda a los niños con cáncer. No es, ni mucho menos, su primer proyecto benéfico. Inició su particular senda solidaria con su debut como director, Maktub, que posibilitó que Aladina construyera el nuevo Centro de Trasplantes de Médula Ósea infantil del Hospital Niño Jesús de Madrid.
Aunque, si algo tiene de especial Mi otro Jon, es que fue una anécdota con su propia madre la que le dio a Paco Arango la semilla sobre la que trabajar. Como nos ha contado en Onda Vasca con Txema Gutiérrez, estando de vacaciones, ella se lamentó de los dolores que tenía en el cuerpo debido a la edad. Arango inventó una historia en la que se alquilaban cuerpos para casos como éste, con tan mala fortuna que sólo quedaba disponible el de un camionero vasco.
Aquella anécdota personal ha terminado siendo el argumento de la película: Merche (Carmen Maura) recibe la mala noticia de que le queda poco tiempo de vida y decide cumplir su sueño de ver el mar por última vez. Su delicada situación le impide viajar, pero una brillante científica introducirá su alma en el cuerpo de un recién fallecido. Ese cuerpo es el de Jon (Fernando Albizu), un grandullón camionero vasco.