Llega la Navidad, y con ella el estreno de multitud de pelis. Una de ellas, protagonizada por Paco León (Sevilla, 1974), la arrasatearra Maia Zaitegi y Silvia Alonso bajo la dirección de Marina Seresesky es Sin instrucciones, una peli rodada en su mayor parte en Bilbao. De ella ha querido hablar con nosotros el actor conocido por Aída, así como del regreso de este esperado proyecto.
¿Cómo ha sido para usted embarcarse en la aventura de la paternidad en esta película?
-Pues como ya lo he podido hacer en la vida real, la verdad es que una de las razones por las que acepté este proyecto también era un poco por lo que me tocaba, por imaginar toda esta historia y contar ese vínculo entre un padre y una hija, que yo lo practico y lo siento, y me parece algo bien bonito. No hay tantas películas que hablen de ese vínculo en concreto.
Los hijos además vienen sin manual de instrucciones, que a veces vendría bastante bien...
-Ojalá (risas).
¿Qué le ha enseñado la paternidad a usted como padre y como Leo ahora?
-Que no hay instrucciones, yo creo que ni en los hijos ni en las cosas importantes de la vida. Al final tienes que transitarlo tú, tienes que aprender tú, sacar si hay algún aprendizaje, porque yo creo que cada vez hay menos. Yo pensaba que la edad o los años te iban a dar sabiduría y no te creas que mucha (risas). Cada vez tengo menos claras las cosas. Pero sí, me ha enseñado que hay que estar y disfrutar el momento, y que hay que disfrutar las cosas cuando se tienen, y que hay que disfrutarse también.
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A ver esta película van a ir familias, pero también probablemente futuros padres. ¿Qué les recomendaría a aquellos futuros aitas que están un poco hechos un manojo de nervios?
-Me acuerdo de una recomendación cuando yo estaba así, a punto de ser padre, que mi madre me dijo: “Besos y comida, esto es lo único que no le puede faltar. El resto da igual”. Y me parece bastante acertado. Es muy simple, pero habiendo tantísimas maneras de educar, los besos y la comida no pueden faltar.
Aquí da vida a Leo, un mujeriego que hasta que no descubre que es padre no cambia su forma de vida. ¿Un hijo o hija puede cambiar a una persona?
-Pues no debería. Bueno, quiero decir, puede aportar cosas, pero esta cosa de ahora tengo un hijo y me corto la coleta... Creo que se puede compaginar todo.
Podemos seguir siendo metaleros, hippies o lo que queramos entonces, ¿no?
-Hombre, sí. Anda que no hay padres metaleros y hippies, y se puede ser padre de muchas maneras. Lo importante es estar.
Aunque no todos tienen la suerte de ser padres, aunque sea en la ficción, de pequeñas grandes promesas como la arrasatearra Maia Zaitegi. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con ella?
-La verdad es que me ha encantado conocerla, trabajar con ella... Me parece que es una persona maravillosa, que ha sido superfácil enamorarse de esa cara y de esa frescura que tiene. Y he aprendido mucho de ella también, porque había muchos momentos de cómo ella juega, cómo mira, cómo se enfrenta a una acción, y todo es un juego. En realidad esta profesión es así, y ha sido muy divertido y muy fácil.
Para la interpretación es verdad que partimos con un pequeño manual de instrucciones, unas bases, pero luego cada proyecto es tan único que las instrucciones no siempre son suficientes, ¿no?
-Creo que siempre hay un reto, sí. Esta película es una comedia, algo que ya he hecho antes, y empieza con algo familiar para mí, que es hacer el tonto. Pero después va a sitios donde tenías que cambiar de tono y ser el mismo personaje.
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La peli se estrenó el pasado 25 de diciembre. ¿La ha sentido como un regalo de Navidad?
-Yo creo que sí, que es un regalo de Navidad, y espero que lo sea para muchas familias. Las navidades son muy largas y cuando hay niños en casa de repente ir al cine es un plan muy navideño, y esta película me parece que es una opción que puede gustar a muchos tipos de gente. A niños, a mayores...
¿Cree que tiene los tintes para convertirse en un clásico de nuestro cine?
-Un clásico de nuestro cine no lo sé, pero sí que tiene los ingredientes para ser un taquillazo navideño (risas). De hecho, es una adaptación de la película en habla hispana más taquillera de Estados Unidos.
¿Eso da cierto vértigo?
-Bueno, un poco sí, pero es también ver la botella medio llena-medio vacía, porque también es un salto con red. De alguna manera, hay un interés si hay algo que funciona ya de antemano.
Hablando de clásicos y taquillazos, muchos soñaban con el regreso de Aída. Vamos a verlo en forma de película de su mano. ¿Nos puede contar algo de lo que se avecina?
-Hablando de vértigo, esa sensación yo creo que es buena para describir esto (risas). Cuando haces una película nadie la espera, pero esta sí, esta es muy esperada. Van a ser inevitables las expectativas. Yo creo que todo lo que ha sentido la gente en su relación con Aída es imposible de reproducir. Eso estará ahí en el recuerdo de cada uno, pero me lo quiero tomar como un homenaje al evento, a la cosa que pasó, esa serie que divirtió a más de un país, y hacer esa especie de recuerdo nostálgico entre todos.
“ Todo lo que ha sentido la gente en su relación con ‘Aída’ es imposible de reproducir ”
El público tiene ganas, pero usted seguramente también.
-Sí. Estamos trabajando muchísimo. Va a ser muy emocionante para nosotros volver a ese plató. Hace poco fui a aceptar los planos para levantar de nuevo el bar Reinols, la casa de Aída, y todo. Es nostalgia pura.
Le llamarán Luisma por la calle más de una vez. ¿A partir de ahora le llamarán Leo?
-Yo atiendo a muchísimos nombres. Uno de los más insólitos es Pedro León, porque hay un futbolista que se llama así y la gente se confunde. Yo miro ya. Los actores estamos acostumbrados a tener multipersonalidad, así que ningún problema.
Ha tenido la oportunidad de volver también a Bilbao, una de las localizaciones de Sin instrucciones. ¿Qué se lleva de esta ciudad?
-Muchas cosas. La verdad es que la he sentido muy casa. Estuvimos más de la mitad de la película aquí, y tenía la sensación de vivir, de ir al súper, de tener mis sitios, restaurantes preferidos, amigos, mi gimnasio... Me encanta la ciudad y creo que fue casa para todo el equipo. En la peli aparece el Guggenheim, tuve que escalarlo...
De esos bares y restaurantes que ha adoptado como suyos, ¿cuál nos recomienda?
-Hay muchos, pero el Kuma es un sitio para ir y darte un homenaje.
¿Y algún pintxo que nos aconseje probar?
-Me gustan todos, pero soy muy de gilda y vermut.
Finalmente, ahora que estamos en la época de los deseos y propósitos, ¿hay alguno que quiera compartir con nosotros?
-Continuar. Dicen que los actores varones empiezan su carrera a los cincuenta. Yo los acabo de cumplir, así que acabo de empezar. Empezar otra vez sería mi deseo, y seguir cumpliendo años feliz.
Personal
Por la calle lo llaman de mil formas: Paco León, confiesa que también Pedro León (por un futbolista), y especialmente Luisma, aquel personaje que lo encumbró a la fama en la serie Aída. Sí, todos recuerdan aún hoy aquella frase mítica: “Claro, como el Luisma es tonto...”. Ahora, sin embargo, es probable que empiecen a llamarle también Leo, el personaje de su nueva peli, Sin instrucciones, rodada en distintas localizaciones, incluida Bilbao. En esta peli da vida a un hombre mujeriego que vive al día en una pequeñísima población de playa en una isla Canaria. Su placentera existencia se ve trastornada cuando llega de Bilbao una de sus antiguas aventuras, Julia (Silvia Alonso), que deja en sus brazos a una bebé de pocos meses asegurando que es su hija, y desaparece abandonando a los dos. Así empieza la que promete ser una de las pelis estrella de estas navidades.