"Somos feministas y nunca seríamos padres forzando a una mujer a gestar. Nunca". A Eneko Arrese y Eneko Amezketa, que han tenido a su hijo Aretx por gestación subrogada, les duele estar en el punto de mira desde que el Ministerio de Igualdad pusiera en entredicho esta técnica de reproducción asistida y planteara incluso penas de cárcel para quienes la llevaran a la práctica en otros países, medida que no se incluyó en la ley del aborto. "Tenemos la sensación de tener que estar siempre justificándonos para no sentir que somos unos maltratadores, como quieren hacer ver quienes han impulsado la ley", denuncia esta pareja de Basauri.
A Eneko Arrese le parece una "salvajada" que se considere "violencia contra la mujer" la gestación subrogada y cree que están "utilizando a estas familias para hacer su propaganda electoral". La mayoría de ellas, dice, son heterosexuales, con lo cual "se les está diciendo a las mujeres, que han hecho este proceso, que ejercen violencia contra otras mujeres. Es desorbitado".
Tras destacar "la falta de información del equipo de gobierno actual, que no se ha sentado con nosotros, ni con las gestantes, ni con la gente que hace el proceso", reconocen que "hay países en los que se llevan a cabo mal las cosas" y urgen a tomar medidas para evitarlo. "Nosotros deseamos que se regule la gestación subrogada en el Estado para que esas cosas no ocurran, para que no se utilice a las personas. Si en el país en el que vives hay una forma legal para hacer el proceso correctamente, nadie irá a esos países donde no se hace bien", argumenta Eneko Amezketa. Además, añade su pareja, "si lo regulas, las mujeres que quieran lo van a poder hacer libremente. De hecho, nosotros tenemos en nuestro entorno a mujeres que, de ser legal, lo habrían hecho por nosotros".
"Los mensajes de odio calan"
Las declaraciones de representantes políticas, como la parlamentaria del Partido Socialista de Nafarroa Nuria Medina, quien abogó por "rechazar a esos supuestos padres como pretendemos hacer con los puteros", no han pasado desapercibidas. "Estamos sufriendo las consecuencias desde que el equipo de gobierno abrió la boca. Empezaron a decir que tenemos que ser perseguidos, que nos tenían que tratar como puteros, que nos tenían que señalar por la calle... Aunque socialmente la gran mayoría lo acepta, estos mensajes de odio están calando y la gente se ve con la libertad de poder insultarte en las redes sociales, donde es un vapuleo continuo. Nosotros podemos defendernos, pero los críos van a ser marcados", temen estos dos padres.
Molestos porque se "mete a todas las familias en el mismo saco", cuando en su caso la mujer gestante, de Estados Unidos, "puso sus condiciones" y las aceptaron "sin rechistar", instan a "conocer todos los casos y a no hablar de la gestación subrogada, en general, porque hay más de cuarenta países que la tienen ya regulada".
Antes de iniciar el proceso, confiesan, ellos también tenían sus reparos. "Habíamos oído que era perjudicial para la mujer, que era una especie de venta de su vientre, y eso nos echaba para atrás, pero cuando vimos cómo lo vivían otras personas nos dimos cuenta de que los prejuicios no eran reales", admite. Su gestante lo corroboró, al decirles que era "su sueño". "Ella nos llama la familia vasca y nosotros a ella la familia americana. Es algo muy especial, ha dado vida a nuestro hijo. Si la gente viera cómo nos llama y nos escribe... Una mujer que ha sido forzada no va a tenerte este cariño".